Este fin de semana largo decidimos pasarlo en familia, los tres solitos en la cabaña; donde tenemos tan bonitos recuerdos juntos, salgo de la misma dirigiendo mi vista cerca del lago, puedo ver a Matt corriendo atrás de su hija, que rebosa de vida y felicidad, su largo cabello vuela con el viento; mientras juegan juntos. Camino hacia ellos y él me toma en sus brazos alzándome del suelo, — ¡Mamá ha sido atrapada! — exclama mientras gruñe, Ari grita y sigue corriendo mientras paso mis manos por su nuca y le robo un beso. Cuando vuelve a bajarme, corre tras Ari y la levanta en sus brazos, comiéndola a besos y haciéndole cosquillas, ella no para de reír, ya exhausta por correr mientras le pide a los gritos que no se la coma. Continúo jugando con ellos un largo rato, hasta que decidimos entrar, ella juega encima del sofá con todos los peluches que decidió traerse de paseo con ella, mientras yo corto algunas verduras para acompañar la cena. Matt se aleja de ella y me abraza por detrá
Ya han pasado tres años desde la última vez que la vi, ahora me encuentro en Inglaterra, trabajando como custodia para un hombre importante. Mi rutina es igual todos los días, pero no me quejo; esta profesión se ha hecho parte de mi vida desde hace muchos años. Hoy es un día tranquilo, mientras espero que me den el reporte de seguridad; me puse a revisar mis redes sociales encontrándome con ella. Una sonrisa se dibuja en mi rostro al verla tan feliz y llena de vida; notando la preciosa familia que ha formado junto a él. Su pequeña hija y el precioso niño que tiene me hacen confirmar una vez más que haberme alejado de ella fue lo mejor que he hecho, pues su corazón le perteneció a él desde el comienzo y sé que le pertenecerá la vida entera. A pesar de todo, aún tengo contacto con todos ellos, en mis vacaciones seis meses atrás; fui a visitarlos, verlos con sus hijos fue muy lindo. William vino a visitarme hace un mes y tuvimos una charla muy agradable. Como siempre no pierde la o
En los años siguientes, los ciclos de cambio, comienzo y cierre trajeron nuevos problemas, distanciamientos y momentos inoportunos a la vida de esta pareja un poco dispareja. Dos mitades iguales; egocéntricas que encontraban en el otro el glamur de un amor superficial que ellos consideraban perfecto. Antuan siguió con los mismos pensamientos y metas que tenía en sus años de universidad, perdiendo algunos campeonatos por no ensuciar su adorado rostro; desconcentrándose con la belleza que reflejaba su móvil con la pantalla bloqueada, metiéndose en problemas ajenos como si fueran propios. Es que él era, de esa forma, un hombre con demasiado amor propio; un hombre al que solo le importaba el qué dirán, sujeto que encontró en el alma egoísta de Tiara a su alma gemela. Ella se había vuelto una mujer calculadora, morena; que te haría conocer el infierno si la provocabas, tarde se dio cuenta de que su amor por el dinero, las prendas caras y las joyas finas era mayor que el sacrificio de de
Andrea siempre se creyó superior a todas las personas y como no serlo si siempre tuvo todo a la mano. Su casamiento con Darek fue uno de esos momentos más felices de su vida, el chico número uno del equipo; el capitán, ese hombre que la volvía loca al grado de hacer el amor en alguna parte de la universidad. Planes prometedores no pasaron por alto en la planificación de su vida, estatus y seguridad social no faltaron, eran una pareja perfecta. Ella dedicaba su tiempo a verse como la realeza para él, cambiando ese enfoque en las noches, pues su deseo de que todo funcionara y de que ambos se sintieran completos no tenía límites, ni pudor. Las deliciosas guerras de sus sabanas, se llevaban la mitad de sus horas de sueño, pero eso no importaba. Por lo menos no para ella, Andrea era una feliz ama de casa con una vida muy cómoda. Sus únicas preocupaciones eran su apariencia y pensar en qué ordenarle a la cocinera para las comidas. Los problemas comenzaron cuando su hombre perdía más ho
Cuando la tempestad tuvo fin, Aurora permaneció en contacto con su hermano y más aún con su sobrino. Ella comenzó a estudiar nuevamente lo que realmente amaba, ser veterinaria, pero no de ciudad; ella amaba los animales de granja y quería dedicarse a ellos. Aunque sus padres esperaban verla superarse de una forma distinta, nada pudieron hacer para que ella desistiera de sus sueños. Los primeros años fueron difíciles, pero ella nunca perdió la paciencia, mucho menos el control de sus emociones. El momento de pasar de lo escrito a la práctica había llegado al fin, muchas pequeñas granjas, aceptaban a pasantes para trabajar, ya que no tenían que pagarles, solo enseñarles y permitir que vivieran en el lugar. El gobierno pagaba un bono a cada estudiante y también a la granja que los acogía como incentivo para que su formación fuera lo más eficiente posible. Mira si es grande el destino y nuestros pasos muy chicos, que de todas las pequeñas granjas que habían comenzado a funcionar no hac
Juno acompañaba a su madre a dar una vuelta por la granja, como hacía buen tiempo, valía la pena dar un pequeño paseo. Su madre, que lo conocía a la perfección, notó lo sombrío en sus palabras, — ¿Quieres contarle a mamá lo que ocupa tus pensamientos? — le preguntó sujeta a su brazo, — No me ocurre nada, madre —contestó, ocultando la verdad, Clara no era boba, sabía lo que ocurría hace ya varios meses en su hogar, así que; dando unos minutos de silencio, optó por darle un consejo, —Ella se irá mañana, Juno, si lo que tu corazón siente es real; no la dejes marchar sin decírselo, no debes temerle al amor. Su hijo la escuchó, más no dijo nada, solo detuvo sus pasos dejando un beso en la mejilla de ella, para continuar su paseo un poco más. La tarde se había vuelto calurosa, Aurora; que cuidaba de un animal enfermo, decidió buscar para el mismo un poco de ración, yendo hacia el granero, no pudo evitar sonrojarse al verlo a él, entrando los fardos con calma y la camisa totalmente des
Clara nació un año después que la guerra haya llegado a su fin, hija de una familia de ciudad, vivió sus años de infancia de manera tranquila, fue única hija de la pareja; su madre dedico su vida a su cuidado, siendo una ama de casa con mucho esmero, su padre trabajaba en una fábrica de textiles largas jornadas y amaba tocar el violín. Desde muy pequeña mostró su amor por la cocina, aprendiendo con su madre, cada receta y cada truco de familia que venía desde anteriores generaciones. A la edad de nueve años, por fin, sus padres lograron cumplir el sueño de sus vidas, la tan deseada casa propia, casa que cuando ellos faltasen sería de Clara. En sus años de juventud, Clara fue muy diferente a las demás chicas de su edad, ella no soñaba con un marido perfecto; al contrario, ella soñaba con conocer a alguien que fuese su par. Ambos trabajarían, ambos cuidarían del hogar, ambos soñarían con una familia muy numerosa. Al cumplir los dieciocho años, su padre falleció en un incendio ocurrid
Los días avanzaron con determinación, Aurora era una muy buena estudiante y aprendiz, todo lo que Juno le explicaba lo entendía a la perfección. Una tarde, un hombre que ella no conocía, llegó a la entrada y pidió ver al dueño de la casa a los gritos, Juno; que era el actual responsable por ambos hermanos, apresuró sus pasos para ver a aquel intruso. Llevándose una desagradable sorpresa al reconocer a uno de los hombres que tenían cautivo a su padre, desde la seguridad de la entrada de la casa, ella podía notar los movimientos nerviosos de este al escuchar las palabras del sujeto frente a él. Su preocupación solo fue en aumento al ver cómo Juno sacaba de la propiedad a aquel sujeto con amenazas. Uno de los trabajadores; se acercó a una distancia prudente del mismo con una escopeta en las manos, ese simple acto dejaba la hostilidad muy marcada en el ambiente. Ella caminó hacia él, que se mantuvo de pie en su sitio por un largo rato, apoyando su mano en su hombro con cautela, —