El resto del día pasó con relativa calma. Comieron carne de venado secay algo de caldo. Luego, Raúl, los guio a un cuarto en la parte más baja yse repartieron algunos sacos para dormir. No es de noche aún, pero muchosdescansan. Después del trauma que vivieron, es natural estar en reposo, tiempopara pensar y asimilar lo que vieron, lo que escucharon, lo que sintieron.El saco de dormir gris de Cat tiene un extraño olor agrio, descansa justoal lado de Amy y Tara. Las dos duermen profundamente, los pensamientosla mantienen despierta, pero decide rendirse al sueño. Se acomoda dentrode la tela gruesa que la envuelve, cuando siente unos pasos que entran en lahabitación. Ve de reojo que Jenkins se acerca donde Alex y lo despierta, aligual que Steve, Carlo y Miriam. Por último, se dirige a donde están ellas.—Cat, Amy —dice en un susurro.
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