EMMANo sé donde estoy, no escucho voces a mi alrededor, todo es silencio, uno abrumador que me quita el aliento y me hace caer a un vacío sin fondo, la neblina se hace espesa y vienen a mí los recuerdos de lo ocurrido, la sangre, los gritos de Marina, su llanto, el que me diga en medio de sollozos que todo va a estar bien, pero en el fondo sé que no es así. Mi cuerpo sintiéndose pesado, y la sangre, mucha sangre, un dolor en mi vientre me hace abrir los ojos de golpe, la mirada triunfante de Viktoria apuntando con un arma, me regresa a la realidad. Lo primero que veo es un techo blanco, a lo lejos, el sonido de la voz de una mujer, llamando a un doctor a la sala de emergencias, me da la respuesta. En el hospital, estoy viva, intento incorporarme pero todo me duele, dejo caer de nuevo mi cuerpo sobre la cama y tomo una larga bocanada de aire. —Despertaste.La voz ronca de Julian, hace que el corazón se me detenga, miro hacia mi izquierda y lo veo sentado en el sofá, con la mirada o
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