MARINALa alarma del despertador no deja de sonar, maldigo la hora en la que la puse con la buena intención de despertar más temprano de lo normal, me he propuesto cambiar algunos hábitos en mi persona, al final, creo que no voy a ganar la batalla, cubro mi cabeza con la almohada, esperando que eso amortigüe el estridente sonido, no lo hace, por lo que termino abriendo los ojos, molesta y apagando la alarma. —No es justo —refunfuño.Ser adulto es horrible, es la peor cosa que un niño pudiera desear, crecer no es tan divertido cuando conlleva responsabilidades, pero igual lo hago, me levanto, me doy una ducha de agua caliente, termino de despertar con una taza de café y reviso mi agenda. Hace dos años que la mafia italiana me dejó libre, dos años en los que perdí a mi amiga, y decidí seguir mi vida, Emma fue y siempre será mi mejor amiga, la hermana que nunca tuve, todos los días rezo para que pueda encontrar paz donde quiera que esté. Lo que le pasó, no fue justo, no solo perdió al
NARRADOR OMNISCIENTEA unos cuantos kilómetros de distancia, en Italia, se encontraba Viktoria, viendo con destellos brillantes, las goyas de una de sus tiendas favoritas y más caras del país. Habían pasado dos años desde que aceptó divorciarse de Julian, solo porque era un desertor, su padre la acogió entre sus brazos y ahora no solo estaba comprometida con el nuevo capo de la mafia italiana, sino, que estaba esperando su primer hijo. La mentira no le funcionó con Julian, pero sí con este nuevo hombre de su vida. La realidad era más cruel de lo que parecía, no estaba embarazada, no podía, porque era ella quien no podía tener hijos, aborrecía tanto a los niños, que la sola idea de sacrificar su cuerpo por otro ser humano, no le gustó, se quitó la matriz. Luego del ataque en contra de Emma, sabía que hacerle creer a Julian y a ella que ya nunca más podría volver a tener hijos, sería un golpe duro, así que pagó una exorbitante cantidad de dinero al doctor de supuesta confianza de la f
EMMAMientras permanezco sentada, un hormigueo recorre mis piernas hasta llegar a mi rostro, no es miedo, es rabia, porque frente a mí, están los dos hombres que me han herido en la vida, trato de mantener la calma, sintiéndome segura de que León esté oculto entre las sombras, observando que todo salga tal y como lo planeamos. Sabiendo que puede intervenir en cualquier momento si las cosas se salen de control. —Tomen asiento, por favor —logro recuperar la voz. Encontrarse de nuevo con tu Némesis, no es sencillo. —Emma… —Andrew es el primero en romper el silencio ensordecedor de la estancia. —Ese es el nombre para mis amigos —respondo levantando el mentón—. Para los tres, soy Elsa Jefferson. —¡Maldita loca! —brama Viktoria. Llamando mi atención, siento deseos de dispararle a matar como ella lo hizo conmigo, pero no soy tan baja como ella. —Tomen asiento —demando.—Emma, estás viva… —sigue Andrew. —¡Ahora! —exclamo.Andrew recobra la compostura, le lanza una mirada esquiva de s
JULIAN—Baja el arma, hijo de puta —brama el rubio que le apunta a Andrew. Pero no le respondo, estiro mi mano en dirección a Emma, quien me observa fijamente, sin hacer nada, no encuentro ni un ápice de miedo en sus ojos. —Ven —tiro de ella—. Es momento de que tú y yo hablemos a solas. —¡Emma! —exclama el rubio. —Voy a estar bien —Emma levanta la mano para que se tranquilice—. Julian no me va a hacer nada. Río. —¿Cómo estás tan segura de eso? —la tomo por la cintura. Mi polla comienza a reaccionar a ella, su piel, su olor, es ella, no murió, aún me repito una y otra vez, pensando en las maneras que tengo para sacarle la información que necesito. El rubio, asiente y odio la complicidad que hay en sus miradas, sigue apuntando con el arma a Andrew. —Porque no tienes los tamaños para volver a hacerme daño —Emma finalmente me responde. Me quedo callado, la arrastro hasta la salida, no hay nadie que nos detenga, salimos de la casa y la obligo a subir a mi auto, si a eso se le pue
EMMACuando me bajo del Uber, mi corazón sigue palpitando con fuerza, las manos me tiemblan y la boca se me seca, estar tan cerca de las tres personas que me hicieron más daño en el mundo, provoca que mis deseos por la venganza, aumenten.León tenía razón al decir que en cuanto uno prueba el sabor de la justicia a través de la venganza, se vuelve adictivo, posesivo, eso es algo que me está pasando, sin duda, quiero que sientan lo que yo sentí, así que voy a derrocar su imperio empresarial, antes era su juguete, ahora soy su dueña, su jefa. Entro a la mansión, las luces están apagadas, piso la base de las escaleras con la intención de subir, tomar un baño de agua caliente para luego descansar, cuando las luces se encienden y al final está León, con las manos en los bolsillos y la mirada fija en mí. —Por un momento pensé que estarías muerta, estaba a nada de buscarte —dice.Me detengo al llegar a su altura. —Me enseñaste bien, puedo con ello —le aseguro. —Eso es lo que me preocupa,
EMMAEn cuanto las palabras se deslizan de mis labios, noto la primera reacción pública de Julian, quien posa sus ojos asesinos en Claudia para luego regresar su mirada amenazante en mí, la bebé que adopté, comienza a jugar con el collar de mariposa que tengo en el cuello, entretenida y absorta de lo que pasa a su alrededor. —¿Tu hija? —es Andrew quien habla. La gente a nuestro alrededor sigue en lo suyo, la música hace eco y eso provoca que si hacen algún berrinche, no los escuchen tan bien. —Sí, mía —confirmo y luego se la doy a la nana—. Te la encargo. —Si, señora. La mujer sube las escaleras, donde al final, los hombres de León están resguardando todo, y quien, por cierto, no baja, tampoco Marina. —Por lo visto lo has pasado bien, ¿no es así? —refuta Andrew. —Sí, lo cual ya no es asunto de ninguno de los dos —termino por bajar para ponerme a su altura—. ¿Quién de los dos me va a sacar a bailar primero? Sonrío con malicia, más, cuando los dos estiran su mano hacia mí al mis
EMMACuando despierto, la cabeza me duele, mis sentidos poco a poco regresan, abro los ojos lentamente y lo primero que veo es la puerta de una habitación, una que no conozco, me despierto por completo intentando incorporarme, pero me encuentro con mi cuerpo semidesnudo, solo en ropa interior, amarrada de las manos en la cabecera de la cama, los pies por igual. Intento soltarme, no tiene caso, detallo cada cosa del cuarto y comienzo a hacer memoria de lo que pasó, alguien me golpeó en la cabeza cuando estaba entrando a mmi habitación, luego perdí el conocimiento, ¿pero quién? Se supone que la seguridad de León es fuerte.Ahora veo que no del todo, decido que al salir de esto, voy a hablar con él, me remuevo inquieta sobre la cama, cuando la puerta se abre de golpe y las respuestas llegan al ver a Julian. —Por fin despiertas —dice cerrando la puerta a sus espaldas.Tiene el torso descubierto, solos unos pantalones, y la erección que sobresale de estos. Su mirada es hambrienta, puedo
ANDREWVolver a ver a Emma ha sido un golpe fuerte, más de lo que esperaba, de hecho, siento que estoy viviendo en un sueño, uno del que regresa, la mujer que más me dolió desaparecer, la madre de mi hijo, Michael nunca me lo va a perdonar, pero quizá pueda inventar que ella nos abandonó, en estos dos años, lo he criado y tratado como lo que será en el pasado, un hombre que estará al frente de la Yakuza. Estoy tan adentrado en mis propios pensamientos, que no me percato siquiera de lo que le dice Karla, quien está sentada al frente de mí, moviendo sus huesudos dedos sobre el escritorio de caoba oscura. —¿Me estás prestando atención? —me pregunta molesta. A ella no le he contado nada, porque no le incumbe, y porque aunque se jacte en decir que es la mejor esposa del mundo y la organización, lo cierto es que se folla a uno de los consejeros, la muy zorra cree que no me entero de nada, pero aún desde las sombras, tengo a gente que me cuenta todo. Levanto la mirada y la veo a detalle,