EMMAMientras permanezco sentada, un hormigueo recorre mis piernas hasta llegar a mi rostro, no es miedo, es rabia, porque frente a mí, están los dos hombres que me han herido en la vida, trato de mantener la calma, sintiéndome segura de que León esté oculto entre las sombras, observando que todo salga tal y como lo planeamos. Sabiendo que puede intervenir en cualquier momento si las cosas se salen de control. —Tomen asiento, por favor —logro recuperar la voz. Encontrarse de nuevo con tu Némesis, no es sencillo. —Emma… —Andrew es el primero en romper el silencio ensordecedor de la estancia. —Ese es el nombre para mis amigos —respondo levantando el mentón—. Para los tres, soy Elsa Jefferson. —¡Maldita loca! —brama Viktoria. Llamando mi atención, siento deseos de dispararle a matar como ella lo hizo conmigo, pero no soy tan baja como ella. —Tomen asiento —demando.—Emma, estás viva… —sigue Andrew. —¡Ahora! —exclamo.Andrew recobra la compostura, le lanza una mirada esquiva de s
JULIAN—Baja el arma, hijo de puta —brama el rubio que le apunta a Andrew. Pero no le respondo, estiro mi mano en dirección a Emma, quien me observa fijamente, sin hacer nada, no encuentro ni un ápice de miedo en sus ojos. —Ven —tiro de ella—. Es momento de que tú y yo hablemos a solas. —¡Emma! —exclama el rubio. —Voy a estar bien —Emma levanta la mano para que se tranquilice—. Julian no me va a hacer nada. Río. —¿Cómo estás tan segura de eso? —la tomo por la cintura. Mi polla comienza a reaccionar a ella, su piel, su olor, es ella, no murió, aún me repito una y otra vez, pensando en las maneras que tengo para sacarle la información que necesito. El rubio, asiente y odio la complicidad que hay en sus miradas, sigue apuntando con el arma a Andrew. —Porque no tienes los tamaños para volver a hacerme daño —Emma finalmente me responde. Me quedo callado, la arrastro hasta la salida, no hay nadie que nos detenga, salimos de la casa y la obligo a subir a mi auto, si a eso se le pue
EMMACuando me bajo del Uber, mi corazón sigue palpitando con fuerza, las manos me tiemblan y la boca se me seca, estar tan cerca de las tres personas que me hicieron más daño en el mundo, provoca que mis deseos por la venganza, aumenten.León tenía razón al decir que en cuanto uno prueba el sabor de la justicia a través de la venganza, se vuelve adictivo, posesivo, eso es algo que me está pasando, sin duda, quiero que sientan lo que yo sentí, así que voy a derrocar su imperio empresarial, antes era su juguete, ahora soy su dueña, su jefa. Entro a la mansión, las luces están apagadas, piso la base de las escaleras con la intención de subir, tomar un baño de agua caliente para luego descansar, cuando las luces se encienden y al final está León, con las manos en los bolsillos y la mirada fija en mí. —Por un momento pensé que estarías muerta, estaba a nada de buscarte —dice.Me detengo al llegar a su altura. —Me enseñaste bien, puedo con ello —le aseguro. —Eso es lo que me preocupa,
EMMAEn cuanto las palabras se deslizan de mis labios, noto la primera reacción pública de Julian, quien posa sus ojos asesinos en Claudia para luego regresar su mirada amenazante en mí, la bebé que adopté, comienza a jugar con el collar de mariposa que tengo en el cuello, entretenida y absorta de lo que pasa a su alrededor. —¿Tu hija? —es Andrew quien habla. La gente a nuestro alrededor sigue en lo suyo, la música hace eco y eso provoca que si hacen algún berrinche, no los escuchen tan bien. —Sí, mía —confirmo y luego se la doy a la nana—. Te la encargo. —Si, señora. La mujer sube las escaleras, donde al final, los hombres de León están resguardando todo, y quien, por cierto, no baja, tampoco Marina. —Por lo visto lo has pasado bien, ¿no es así? —refuta Andrew. —Sí, lo cual ya no es asunto de ninguno de los dos —termino por bajar para ponerme a su altura—. ¿Quién de los dos me va a sacar a bailar primero? Sonrío con malicia, más, cuando los dos estiran su mano hacia mí al mis
EMMACuando despierto, la cabeza me duele, mis sentidos poco a poco regresan, abro los ojos lentamente y lo primero que veo es la puerta de una habitación, una que no conozco, me despierto por completo intentando incorporarme, pero me encuentro con mi cuerpo semidesnudo, solo en ropa interior, amarrada de las manos en la cabecera de la cama, los pies por igual. Intento soltarme, no tiene caso, detallo cada cosa del cuarto y comienzo a hacer memoria de lo que pasó, alguien me golpeó en la cabeza cuando estaba entrando a mmi habitación, luego perdí el conocimiento, ¿pero quién? Se supone que la seguridad de León es fuerte.Ahora veo que no del todo, decido que al salir de esto, voy a hablar con él, me remuevo inquieta sobre la cama, cuando la puerta se abre de golpe y las respuestas llegan al ver a Julian. —Por fin despiertas —dice cerrando la puerta a sus espaldas.Tiene el torso descubierto, solos unos pantalones, y la erección que sobresale de estos. Su mirada es hambrienta, puedo
ANDREWVolver a ver a Emma ha sido un golpe fuerte, más de lo que esperaba, de hecho, siento que estoy viviendo en un sueño, uno del que regresa, la mujer que más me dolió desaparecer, la madre de mi hijo, Michael nunca me lo va a perdonar, pero quizá pueda inventar que ella nos abandonó, en estos dos años, lo he criado y tratado como lo que será en el pasado, un hombre que estará al frente de la Yakuza. Estoy tan adentrado en mis propios pensamientos, que no me percato siquiera de lo que le dice Karla, quien está sentada al frente de mí, moviendo sus huesudos dedos sobre el escritorio de caoba oscura. —¿Me estás prestando atención? —me pregunta molesta. A ella no le he contado nada, porque no le incumbe, y porque aunque se jacte en decir que es la mejor esposa del mundo y la organización, lo cierto es que se folla a uno de los consejeros, la muy zorra cree que no me entero de nada, pero aún desde las sombras, tengo a gente que me cuenta todo. Levanto la mirada y la veo a detalle,
EMMATodo lo malo que me ha perseguido, se remueve cuando abrazo a mi hijo, mi bebé, él hace una ligera mueca de dolor cuando lo abrazo con fuerza, entonces me doy cuenta de que es porque León debió haberle quitado el chip con el que Andrew lo rastrea. —Creí que estabas muerta —susurra.Por un segundo pienso que me va a odiar, pero al ver como su barbilla tiembla y sus labios fruncen, sé que no es así, a más del brillo que se ancla en sus ojos. —No cariño, mamá, tuvo que estar lejos un tiempo, pero ahora estoy de vuelta y todo estará bien —le aseguro. Veo la duda y la contrariedad en sus ojos. —¿Lo prometes? ¿No volverás a dejarme solo? No me gusta estar con papá —cierra sus manos en dos perfectos puños. Aunque quisiera decirle que no volverá a verlo jamás, me trago las palabras, porque las suyas me ponen en alerta. —¿Te hace mal, tu papá? —inquiero con cautela. Él duda por un momento en hablar, sin embargo, le sonrío a modo tranquilizador, lo que le da el valor al devolverme
JULIANTermino de ducharme, cierro los ojos con fuerza, hace unos minutos que no me abandona este mal presentimiento, uno que se hace cada vez más fuerte, quisiera tratar de hacer entender a Emma que lo que hice fue porque pensé que era por su bien, por el nuestro, no pensaba matar a nuestro hijo, sino, escapar para mantenerlo a salvo de la orden. Las cosas no salieron como las planeaba y aquí están las consecuencias. Pero no me siento mal por eso, no cuando todo lo he hecho por amor. Salgo del cuarto de baño, necesito planear una estrategia para volver a recuperarla, cuando mi móvil suena, sonrío al ver qué se trata de mi sobrina, Luciana, la hija de Marian, la que hice que todo el mundo creyera muerta porque no quería que por los errores de su madre, y de que casi la mata, fueran por ella, la escondí en una isla segura, donde hay gente que la cuida, le ayuda a recobrar su seguridad y la adora. —Tío —habla alegre. —¿Cómo te encuentras? —pongo el altavoz mientras me visto. —Bien,