A decir verdad había imaginado muchas reacciones de su parte; desde la alegría por la noticia, sorpresa, molestia, decepción e incluso que le pidiera que abortase, pero no lo que paso a continuación. - Me alegro por ti, ¿qué dice el padre? - le pregunto en calma mientras se reclinaba en su silla para verla fijamente. - ¿Cómo dice? - le preguntó deseando con todas sus fuerzas haber escuchado mal y en ese punto rogaba porque fuese de ese modo. - Pregunto que como lo tomo el padre. Es el tipo de la moto, ¿cierto? - le preguntó con toda calma. Se estaba refiriendo a Javier, quien trabajaba con ella en el centro comunitario y la llevo un día de vuelta a la casa. Apenas podía dar crédito a que pensase algo semejante, sobre todo después de lo que había pasado entre ellos y es que no darse cuenta de la verdad le volvía un estupido. - No, no es él. Al parecer el padre no estará presente y esta bien - le contesto tratando de permanecer en calma, aun cuando entonces le estaba resultando impo
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