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Todos los capítulos de Una sugar baby : Capítulo 31 - Capítulo 40
48 chapters
Capítulo 21 (parte 2)
Adam logró abrir la puerta y ambos dimos saltitos de victoria con palmadas incluidas. Que momento tan hermoso. Aunque el dolor en mi pecho seguía teniendo un nombre y era el de Max. Adam encendió la luz del dormitorio y lo primero que hizo fue arrojarse a su cama boca abajo y soltando un gran quejido. —No volveré a beber cerveza en mi vida —me dijo él, asqueado —. Pero tu cumpleaños lo vale. —¿Estás culpando a mi fecha de nacimiento por tu borrachera? —le pregunté, mientras me sentaba en la cama con la intención de sacarme los zapatos que me estaban mata
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Capítulo 22 (parte 1)
Capítulo 22 Me observé en el espejo. Me recogí el cabello en un moño flojo que caía con bucles en las puntas sobre mi hombro. Opté por un vestido color pastel que compré en una tienda que no estaba demasiado lejos del campus. La universidad no estaba tan lejos del centro de New York, y eso era favorable porque cada vez que necesitaba algo para una ocasión, las tiendas estaban abiertas a la mañana.  Por lo que calculaba, Max pasaría a recogerme a la una de la tarde, así que sólo me quedaba una hora para alistarme. Si lograba hacerlo, marcaria mi propio récord
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Capítulo 22 (parte 2)
Una 4x4 oscura estacionó frente a mí y bajó la ventanilla de la parte del conductor. El auto era tan negro y alto que me sorprendió por su monstruosidad. Tan reluciente e impecable... —¿Subes o te vas a quedar mirando el coche? —se burló Max, mostrándome su encantadora sonrisa. —Es extraño no verte con chofer —le dije. —Quiero ser digno de llevarte yo esta vez—coqueteó, tras darme un guiño de ojo
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Capítulo 23
Capítulo 23 Una enorme carpa blanca estaba en el medio de un jardín impresionante. La fiesta era en un enorme salón al aire libre y habían elegido como sitio el alrededor de las plantas, árboles y flores de colores que pronto estarían por morir por el comienzo del otoño. Había un montón de globos con tonos claros en la entrada del jardín, mesas redondas de vidrio con decoración floral en el centro. Había muchos camareros que se movían de aquí a allá, con sus vestimentas de pingüino. En el centro del jardín había una gran alfombra
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Capítulo 24
Max Voelklein me llevó a su apartamento que era igual de grande que un piso del edificio del campus. Abrió la puerta con desesperación, conmigo en brazos con mis piernas rodeándole la cintura, buscando el picaporte con sus manos y logró hacerlo.  Aunque él me sonreía, alegre y con la punta de su nariz pegada a la mía. Yo fingía que todo estaba bien y que no se me partía el corazón verlo de aquella forma. Tenía mis manos acunando su rostro perfecto, sosteniéndolo a cada lado de su mejilla. Mientras tanto él, buscaba mis labios con desesperación. Recorría sus manos en mi espalda y me llevaba algún sitio de la casa. Besaba mi rostro, devoraba mi cuello, provocándome un inexplica
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Capítulo 25
Miré a Max, perpleja. Palidecí y titubeé varias veces, no siendo capaz de formular palabra por más que lo intentara. Intentaba buscar las palabras correctas, las palabras exactas para aquel momento, pero no era  posible.Max, sin embargo, esperaba oír una respuesta que escapara de mis labios sonrosados. Ambos estábamos en las penumbras y la luz de emergencia azulada se había encendido de golpe, creando un ambiente algo apagado que no nos importó en absoluto ya que estábamos en nuestro propio mundo. El agua de la ducha seguía corriendo, ruidosa y tibia sobre nuestros cuerpos. Max se apartó y pegó su espalda contra la pared, con el cuerpo desnudo, mirándome, esperando una respuesta. Tuve que concentrarme fuertemente en su rostro y no desviar la mirada hacia sus partes íntimas. Parecía no importarle estar desnudo frente a mí. Tragué saliva.&nbs
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Capítulo 26
Capítulo 27. Éramos dos personas adultas encerradas en una habitación sólo porque a una se le había ocurrido. Max estaba mirándome fijo, cómo si tratara de leerme los pensamientos. Ja, ojalá pudiera hacerlo así terminábamos con todo aquello de una maldita vez. Sabía perfectamente que aquel intento de relación cambiaría para siempre si le decía la verdad. Yo creo que solía saber quién era él, de quién se trataba, pero dependía únicamente de que me lo confirmará o no. —¡¿Vas a quedarte ahí sin darme explicaciones?!—me gritó, furioso. —¡Me bajas el maldita tono, Max! —le grité aún más fuerte, abriendo uno de sus cajones para buscar una de sus remeras negras que me llegaban hasta las rodillas—&iex
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Capítulo 27
 Estaba lavando los platos en la cocina. Era una noche de sábado agitada y estábamos repleto de clientes. Dios, eso era lo malo de que el restaurante estuviera ubicado en pleno centro de New York. Las personas ingresaban, comían y se marchaban, para que luego otros ocuparan el mismo asiento. Había intercambiado con mi compañera April los roles, ahora ella estaba atendiendo las mesas mientras yo lavaba los platos y los cubiertos. Walter andaba merodeando por el lugar. Cada vez que podía caía de sorpresa en el restaurante y observaba si todo marchaba bien. Eso me tenía inquieta, ya que su presencia era lo más grotesco que podía vivir. Apenas me enteraba que Walter ya estaba aquí, sabía que un mal día se presentaría y que en aquellas veinticuatro horas podría ocurrir cualquier cosa que pudiera herirme. No faltaba demasiado para cerrar, as&iacut
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Capítulo 28
(Max)Lo único que hacía para soportar el dolor de perderla, era beber, beber y fumar cómo un maniático sin control. Cómo si un estado de ebriedad pudiera evadir mis ganas de ir a buscarla y hacerla mía otra vez. Carajo.Tres meses sin ella, sin sus labios rosados, delicados y sus preciosos ojos grises que me hacían temblar cada vez que me los clavaba. Mis manos extrañaban el contacto con su cuerpo, con su rostro de porcelana y que quizás, les faltaban días de sol.Pero lo que tenía cómo favorito eran sus enormes ojos intensos y enmarcados por las pestanas más largas y naturales que podía poseer una mujer sin maquillaje. Me sentía descolocado cada vez que la veía, cada vez que besaba su cuerpo y ella se estremecía bajo mi contacto. Aún sigue vigente tu rostro en mi cabeza. Ada Gray tenía una belleza que ahora sí, tenía explic
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Capítulo 29
Fue extraño ingresar al local de ropa del centro comercial y que sonara la canción de Becky G “Mayores”. Me sentí extraña, aunque ya la había oído y la declaraba una de mis favoritas. Aunque Max y yo nos llevábamos más de diez años, no lo consideraba como una persona bastante grande para mí. Sólo que salía del rango de edad con los que solía estar. Yo y mi maldita costumbre de acordarme de él o intentar relacionarlo con cualquier canción que escuchara. Que conste que me estaba torturándome a mí misma. Mientras buscaba algún vestido colgado que me llamara la atención para la fiesta de aquella noche, miré por alguna extraña razón hacia mi derecha y vi a la persona que menos esperaba encontrarme.  —¿Miranda?  Apenas pregunt&eacut
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