Inicio / Romántica / El pasado nos condena / Capítulo 31 - Capítulo 40
Todos los capítulos de El pasado nos condena: Capítulo 31 - Capítulo 40
60 chapters
Capítulo 31
Josh regresó muy tarde a casa. Hizo ruido al entrar por lo que Maia, quien se encontraba dando la última ojeada a Michael antes de irse a dormir se sorprendió. Tal vez había entrado un extraño, se dijo asustada. Luego lo pensó mejor y se dijo que era imposible burlar la seguridad de la entrada. Escuchó risitas y voces. Lauren hace rato que se había ido a dormir. Se asomó al pie de la escalera y vio a Josh pasando su brazo por los hombros de una mujer bellísima quien se reía de sus chistes. Sintió una punzada en el pecho que le impedía respirar. "Era obvio que esto iba a pasar, no puedo esperar nada de él" , se dijo con los ánimos bajos. "Te amo", resonaba en su mente esa misma voz que ahora hablaba con los mismos susurros con los que le había hablado a ella.Los tortolitos se dirigieron a la cocina. Tuvo curiosidad por saber que pasaba, era extraño que no la hu
Leer más
Capítulo 32
Josh estuvo retraído gran parte del tiempo en la oficina. Hizo todo como un autómata. No veía la hora de regresar a casa. Necesitaba hablar con Maia. No podía soportar un día más sin hablar con ella, sin decirle que nunca contó a Rick lo que había pasado entre ellos, que no quería jugar con ella, que siempre quiso estar con ella...que se equivocó. Se pasó nerviosamente las manos por su tupida cabellera oscura y ahogó un grito de frustración. En ese momento, entró Maia con unos papeles.—Necesito que firmes estos papeles urgente —expresó sin preámbulos y tirando prácticamente las carpetas en su escritorio. Josh se quedó de una pieza, con la mano en el aire.—Maia, pensé que te habías quedado a descansar. No era necesario que vin...—comenzó diciendo cuando fue interrumpido.—No voy a quedarm
Leer más
Capítulo 33
Leah y Carl pasaron días maravillosos en las playas que habían elegido para su luna de miel. Leah encontró en el señor Nigel a un hombre atento, romántico y tan buen amante que por dos días no salieron de la habitación ni para que ingresara el personal de limpieza. Estaban disfrutando la presencia del otro con avidez acumulada de tantos años y dolores. Leah llamaba todos los días a sus hijos para saber como estaban.Maia disimulaba lo más que podía, no quería empañar la felicidad de su madre contándole lo ocurrido con Rick. Menos atraer la atención sobre si misma hablándole de las confesiones de Josh. Se sentía un poco en las nubes cuando él la traía de regreso. Le contó que esa noche que llegó golpeado volvía del apartamento de Rick. Había bebido el whisky con sus socios y se sentía envalentonado para en
Leer más
Capítulo 34
Diario"No puedo creer que estuve a punto de entregarme a Josh. Lo deseo tanto pero aún no me fío de que él quiera algo serio conmigo. ¿Y si solo quiere estar conmigo para llevarse una especie de "trofeo"? ¿Y si solo soy una apuesta entre el y Rick? No, no, noo. Un chico como él jamás jamás se fijaría en alguien como yo. Es imposible. Y si lo hago una vez tal vez tenga que olvidarme para siempre porque luego me despreciará y me dejará toda enamorada y arrebolada y destruida. Y no creo que pueda volver a construirme...debo pensar, tengo que ser fuerte y no dejarme llevar."El señor Nigel y Leah llegaron al otro día muy temprano. Leah trató de detenerlo pero éste subió furioso por las escaleras directo a la habitación de Josh. Entró sin preámbulos y con su voz de tenor gritó:—Josh, arriba. ¡Tenemos que hablar ya!
Leer más
Capítulo 35
El señor Nigel aprovechó cuando todos se retiraron del despacho para acercarse a Maia y a su esposa. La miró con unos ojos tristes únicos que expresaban todo lo que sus palabras seguramente no podrán hacerlo.—Siento mucho que hayas tenido que pasar por esto, hija. Ahora eres parte de mi familia y pondré la cara por tí como lo haría por cualquiera de mis hijos. No te preocupes. Hundiremos a ese infeliz. Yo me encargaré —prometió acariciando paternalmente sus mejillas bañadas en lágrimas.Maia se adelantó tímidamente y lo abrazó buscando la protección que tanto necesitaba. Al darse cuenta se retiró avergonzada.—P-perdón, señor Nigel. Y-yoo.—No es nada, hija. Está muy bien. Yo quiero que seas también mi hija, si lo permites. Y quiero que siempre, escúchame bien, siempre puedas confiar en
Leer más
Capítulo 36
Maia Desperté sobresaltada. Algo me había despertado sin dudas, al abrir mis ojos me percaté que aún era de noche. ¿Cuánto habría dormido? Intenté alcanzar mi celular para ver la hora cuando un grito involuntario salió de mi boca. Josh estaba sentado en un sofá que hay a los pies de mi cama, tenía la mirada esa que no puedo describir. Me asusté.—Q-qué estás haciendo en mi habitación? —traté de mantener el tono de voz firme.No contestó nada, sólo resopló y se refregó el rostro con una de sus manos, como si quisiera despejar sus ideas o pensamientos.—Vete, Josh. Ve a dormir en tu habitación.Nuevamente silencio. Pude sentir el olor a alcohol que llegó como una oleada a mis fosas nasales y me dí cuenta que estaba borracho. No sabía que hacer ni que pensa
Leer más
Capítulo 37
JoshEscucho a lo lejos un sonido que rebota en mi cabeza. Trato de espantarlo con mi mano libre pero no se va. Termino de despertar y me doy con que es un celular que vibra. Apenas puedo abrir los ojos, la luz que entra por la ventana me encandila. Estoy boca abajo en una cama que no es la mía y a mi lado miro extrañado la figura de una mujer de espaldas cubierta con las mantas. El teléfono suena de su lado por lo que la zamarroneo un poco para despertarla. Es inaguantable el ruido. Ella se remueve un poco quejándose despacito. Al reconocer su voz me quedo de una pieza. ¿Maia? ¿ qué diablos hago durmiendo con Maia? Me siento en la cama sobresaltado y veo que estoy solo con ropa interior. Veo mi ropa tirada a un costado y empiezo a vestirme. Trato de pensar a toda velocidad como hice para llegar hasta aquí, solo espero no haberme desbocado o algo peor en medio de mi borrachera.—Maldición, maldici&oac
Leer más
Capítulo 38
El resto de la semana fue normal. No hubo grandes sobresaltos ni avances en lo relacionado a Rick quien al menos tuvo el buen tino de no aparecerse ni en las oficinas ni en la casa lo que trajo un poco de calma.Maia estaba muy nerviosa. Nunca había tenido una cita con un hombre. Este año la había sorprendido con muchas cosas nuevas, su primera fiesta, su primer beso y ahora, su primera cita. Acordaron con Josh que irían a un recital privado de la banda Snob en un distinguido local de la zona, Lauren se quiso unir pero Josh logró evadirla, quería el tiempo a solas con Maia, tenía que hablar con ella de una vez por todas. La música tal vez aminorara el impacto de sus palabras, andaba buscando excusas para escapar de lo inevitable.JoshEl sábado esperé afuera a Maia en el BMX, otra vez prefería conducir yo mismo. Estaba en la disyuntiva de hacernos llevar con el chofer o
Leer más
Capítulo 39
Ella lo miró debatiéndose con todas sus dudas e inseguridades. Sabía que se estaba entregando como cualquier perra con la que él se revolcaba pero lo amaba tanto que no podía esperar más. Así fuera la única oportunidad que tuviera de estar con él se arriesgaría a sentir aunque sea una vez en la vida lo que toda mujer experimenta y que para ella parecía negado. Empezaron a salir lágrimas silenciosas limpiando los dolores tanto tiempo retenidos en su interior. El tiempo quedó suspendido en medio de sus sudores y palpitaciones. Ella se envalentonó y regresó a la posición anterior de su mano sobre el miembro de él, tocándolo encima de sus pantalones aún humedecidos por sus propios fluidos."Maldición, Maia. ¡Joder! ¿Qué me estás haciendo?" gruñó él sintiendo un fuego furioso que lo comía. S
Leer más
Capítulo 40
JoshJusto cuando estaba logrando que se encendiera de nuevo entró la llamada de Leah. Michael estaba en el hospital. No puedo describir el dolor en el llanto de ella. Fui el primero en reaccionar, a pesar de que solo pensaba en hacerla mía me moví rápido ya que ella lo único que hacía era llorar.—Maia, Maia, escúchame. Vístete y te llevaré al hospital. ¡Reacciona! —La removí un tanto brusco de los hombros porque parecía fuera de sí.Ella comenzó a vestirse temblando. Yo me vestí como un rayo, tomé las llaves del auto y prácticamente la arrastré hasta el ascensor. La abracé hasta que llegamos al auto y allí lloró silenciosamente. Mi padre me había enviado un mensaje diciendo donde estaban y que llevara a Maia inmediatamente. No sabíamos lo que había pasado y no quería imaginar
Leer más