Capítulo treinta y ocho Mira que he visto fiestas tranquilas, normales, formales, informales, aburridas, escolares... Todo tipo de fiestas, pero esta en la que estoy es otro nivel de locura total. Sonrío. Y yo que pensé que sería algo tranquilo, sin llamar la atención, platicando sobre la vida antes de ir a la batalla, pero estaba muy equivocada. Acomodo el top negro que me dio Lorena cuando veo a un grupo de chicos mirarme sin quitar la mirada, y he aquí otro problema para nuestro plan. Hay humanos, y esto lo digo tan tranquilamente como si yo no fuese una. Sabes que no eres normal, no eres una humana corriente al igual que ellos. Muerdo mis labios incomoda ante la situación que estoy pasando y mi prima por fin decide dejar la botella de cerveza a un lado y prestar atención en
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