Capítulo dieciocho Deja caer su cuerpo dentro y toma mi cara con ambas manos —¿estás bien? —pregunta agitado y niego suave —tranquila, estoy aquí —me abraza. —tenía tanto miedo —dejó salir mi voz temblorosa y él se despega de mí —ellos, ellos —tartamudeo —ellos intentaron tocarme, me golpearon —trago grueso—yo no quería, yo... —¡Hey! Tranquila, no te esfuerces —susurra y planta un beso en mi mejilla, —ya estoy aquí. Mi corazón se detiene y abro mis ojos tanto como puedo, toda la sangre de mi cuerpo va directamente a mi cara y mi respiración se dedescontrola totalmente. Sus ojos miran los míos con detenimiento y veo ese brillo celeste aparecer otra vez, bajo la mirada a mi cuerpo descubierto y cierro mis ojos tratando de ma
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