Como en estado de shock llegué al departamento, me fui directo a la habitación, me quité la ropa y me quedé absorta mirando el reflejo de mi cuerpo entero en el espejo. Me detuve a observar mi vientre. Está igual de plano y pálido, involuntariamente llevé mis manos a él, con mis dedos acaricié la piel desnuda.—¿En qué momento mi vida cambió tanto, Dios Mio? —Pregunto en voz alta.De solo imaginar mi vida en adelante, las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. Consciente de que busqué alejarme para aclarar mis sentimientos, para ver si lograba encontrarlos en medio de tanta confusión, de tan sensación encierro al lado de Azael, ahora comprendo que me siento más confundida, más triste, y sobre todo sola. Terminé acostándome en el centro de la cama, lloré bastante, hasta que me sentí agotada, me dolía el estómago del esfuerzo que hice para impedir que el llanto fluyera, por momentos tuve la sensación de ahogarme con el llanto, los espasmos del sufrimiento trancaban mi garganta,
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