Desde el minuto uno, luego de despertar del accidente, comencé a sentirme extraña, como si no fuera yo, como si algo me faltara. Los pocos ratos que había permanecido despierta y con algo de lucidez, rebuscaba en mi mente eso que no lograba entender. Divagaba, alucinaba sobre cosas, una vida que no estaba segura tener y que me dejaba un sin sabor amargo al no poder esclarecerla en mi mente.Me sentía angustiada, preocupada y por momentos triste. Solo la compañía de mis padres, mis hermanas y, aún más la de Azael, que estuvo siempre allí al pendiente de todo, me dio animo para irme adaptando a la vida que me tocó vivir en lo adelante, pese al evidente desacuerdo que había entre ellos sobre mí, mis cuidados y cualquier tema que me involucrara. En todos ellos Azael se impuso, y por lo determinado que es, salió ganando.Mi decisión de irme con Azael causó todo un revuel
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