Óscar frunció el ceño con extrañeza al seguirla con la mirada, observó a Sam. —Espero que todo esté bien, gracias por venir a despedirnos —mencionó con cariño—, te invocaremos cuando estemos estrenando tu cama —bromeó. —¿Estás de acuerdo amor? —preguntó a Sam. —Y que pasen otros seis años y no siga reclamando, mejor no —bromeó divertida, y luego se quedó pensativa—, aunque siempre tuve dudas de la resistencia de esa cama, creo que habrá que probarla otra vez. —Carcajeó. —Ni se les ocurra, porque esa cama es sagrada —los señaló a ambos—, ya me tengo que ir —mencionó—, sean felices —expresó con alegría—, no se atrevan a poner sus cuerpos en mi cama —dijo y agitó su mano—, diviértanse mucho y repartan tapones a los huéspedes —carcajeó. Luego de despedirse de doña Ofe se acercaron a Norita quién jugaba con Angelito, Emma y Alexa. —Es hora de despedirnos, cariño —dijo Sam colocándose a su misma altura—, pórtate bien, cuida a tu hermanito. —Besó su frente. Norita parpadeó al escuch
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