MartínSalí de la habitación y me fui hasta la sala donde aquel hombre estaba sentado, con una copa de vino en su mano, me acerqué a él y carraspeó con mi garganta llamando su atención, él se puso de pie y estrechó la mano conmigo. —Señor Blanco. Es un placer volver a verlo y déjeme decirle que le tengo muy buenas noticias. —le indiqué con mi mano que se sentara, mientras yo lo imitaba. —Lo escucho y espero que sean tan buenas las noticias, no se imagina cómo estoy de ansioso al estar esperando alguna respuesta por parte suya —dije un tanto nervioso—. Creí, es más pensé que ya no tendría respuesta alguna, ahora que lo veo acá, quiero agradecerle por haberle hecho lo más rápido que pudo. —Él me dio una sonrisa, la verdad es que estoy titubeando con solo imaginar lo que me dice. —Como le dije señor Blanco, las noticias son muy buenas, con la pista de la señora Cynthia —al oír su nombre mi corazón latía fuerte y rápidamente.—Ya no alardee más y dígame de una buena vez lo que sepa,

MartínElla se puso nerviosa, Mira para lado y lado como si alguien estuviera siguiendo. Me toma de la mano y me entró al edificio, mi emoción por ver al bebé es cada vez más grande, siento que me preparo emocionalmente para hacerlo. Ella en lugar de llevaremos consigo para poder ver al bebé, nos vamos para el cuarto de lavado Porto esto es claro es de estar con él y le afecta lo que piense y me puede dejar que las vea. —Hoy de verdad, hoy no puedo dejarte de ver el bebé, entiendo que estés molesto y la verdad yo también estoy con un manojo de nervios al verte aquí. La verdad pensé que al menos habías leído la carta pero por lo que veo, eso no fue así. Preferiste dejar de leerlo sin saber que sí allí the mira para mí es muy fuerte todo esto pero, —Lo siento pero debes ponerte en mi lugar para mí fue, no fue nada fácil porque pues dentro de lo que tú hiciste darme cuenta que tú eres la que le confesaba quién eres montaje, así como lo hacían ver algunas personas pero lo tuyo era real.

RussoHoy por primera vez en 3 semanas nos dejan salir a tomar el sol. Desde la última vez que uno de los reclusos intentó escaparse, todo cambió. Estoy extremadamente agotado de estar en este lugar, me siento aburrido y desesperado. Estoy a un pelo de perderme, perder mi cordura.Muevo mi pierna con el bastón, quedó lastimado después de esa herida por la bala de la que Cynthia y su amigo son culpables. No puedo mover mi pie sin apoyarlo en alguna cosa. Mi frustración cada vez es mayor, los odio con todo mi ser. Aunque debo decir que mis sentimientos chocan de vez en cuando, por más de que odie a Cynthia, no puedo negar que mi deseo por ella y la obsesión que tengo por tenerla junto a mí es mucho mayor. Mire como el guarda de la mañana, le pasa sus beneficios a los reclusos que le generan dinero. En este lugar soy un hombre respetado, muchas gracias persona que están aquí saben de mi poder afuera y mi ganado respeto de todos ellos, y no me arrepiento de todo lo que hecho para conseg

Martín.Ya han pasado dos meses desde que falleció Simón, todo por salvar la vida de mi hijo y la de Cynthia, ella aún sigue dolida por su pérdida lo noto en la forma en que habla y mira al bebé, a veces pienso que mejor hubiese sido yo quien hubiese muerto por ellos, a si ella quizá estuviera feliz, el hecho de que ella fue quien eliminó a Russo la tiene demasiado triste, seguramente había prometido jamás volver a acabar con la vida de nadie, pero ella no tenía de otra opción más que hacerlo para salvar al bebé y así misma, altamente se la pasa en su habitación jugando a solas con el bebé, lo más conveniente para ella y para el bebé es que vaya a unas secciones de terapia, así podrá entender que lo que ella hizo no tiene marcha atrás, ahora lo que debe hacer es ahogar aquellos malos recuerdos y surgir sin mirar atrás, voy hasta la oficina para llamar a un lugar muy bueno donde tengo la mayor certeza de que allí le podrán ayudar con aquel mal momento.Al llegar al despacho, tomó el

Epílogo Me miro en el espejo, la curva que se forma en mi abdomen me hace sonreír. Siento como una pequeña mano me jala el vestido. —¿Qué sucede Martín? ¿Por qué traes tu ropa tan sucia? —Él solo se ríe y no hace nada más. —Sabes que le dije que no se lanzará al lodo —dice mi Martín acercandose a la puerta—. Mi amor, estás de nuevo mirándote al espejo, por que no te dejas el primer vestido. Con ese vestido te ves espectacular. —Tu siempre tan halagador, pero yo sé que lo dices para que no me sienta mal por la enorme panza. —Él de da un beso —¿Enorme panza? yo lo que veo allí son mis bebés, que los amo con todo mi corazón. —Él se agacha y me besa el estómago. —Bueno, ya llegaron los invitados, por lo que veo hay muchas personas allí abajo. —Mire por la ventana y le dije—. Vamos o nos vamos a quedar acá mirándonos. —Por mi, no hay problema alguno. Por mi te miro y te miro, una y otra vez. Ese es mi pasatiempo favorito, eso es lo que más me gusta hacer. —Me abraza para besarme