Capítulo veinte. No me apartes de tu vida
Ofelia se ocupó de limpiar la mesa, mientras Luciano fregaba los platos… luego del beso entre ellos, ninguno dijo nada.—No es necesario que lo hagas, puedo hacerlo yo —le dijo Ofelia rompiendo el largo, pero no incomodo silencio.—No te preocupes, puedo hacerlo perfectamente. Tú cocinaste, es lo mínimo que puedo hacer por ti —le respondió acomodando los últimos cubiertos en el cesto de trastos.—Gracias por tu ayuda, Luciano y, sobre todo, por tu apoyo —le dijo con sinceridad.—Quisiera hacer mucho más por ti, Ofelia —le dijo atrapando la cintura de la chica entre sus grandes manos.—Luciano…—Quiero darte el mundo, pero entiendo que no necesitas un héroe a tu lado, sino un hombre que te apoye. Me encantaría ofrecerte trabajo en la constructora, pero sé que no aceptarás. Voy a respetar todo lo que d
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