Sólo la familia real y la nobleza hacían esa práctica, los plebeyos no se unían porque no funcionaría entre ellos. Cada noble o miembro de la familia real, tenían más sangre del primer hombre lobo que los demás lobos, incluidos los que estaban en el mundo humano , por eso cuanto más se mezclaban más sangre suya tendrían. Alexander era un Licaón descendiente directo del primer hombre lobo, Sam también por parte de su padre, por ende sus cachorros serían los más poderosos. Sam seguía dando vueltas sin poder creerlo, quería controlar el tiempo dar marcha atrás, y no haber preguntado. Diego estaba igual que Sam, ya no sabía qué decir. Dudaba de lo que había oído se sentía raro. —No te mortifiques Sam, es algo muy normal entre nosotros. No tiene nada de malo hacer eso porque somos lobos no humanos. La abuela quería consolar a Sam, tarde o temprano sabéis la verdad.
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