Johana y Robert se quedaron en la habitación el resto del día, Mariana con su abuela estaba bien cuidada, cuantas veces hicieron el amor, fueron muchas, ellos se necesitaban y se permitieron disfrutarse y planear un futuro que aunque tendría baches, la vida era un conjunto de problemas, la gente hablaría, incluso Robert esperaba que sus negocios podrían resentirse, esperaba que con Susana en frente podría sortear un poco las especulaciones en cuanto a su persona, pero si no era el caso, no le importaba, aunque perdiera todo, tenía a su hacienda y a su familia, Johana estaba preocupada por la misma razón. —Mi amor no quiero quitarte nada, ya mucho daño nos hice apartando a Mariana de ti, quiero que sepas que aunque no me guste, es mi momento de sacrificarme, me quedaré
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