Amy ya había tenido que apagar su celular porque parecía que explotaría de tanto que la llamaba y enviaba mensajes Eryildiz, y que desde que la señora Demir los encontró besándose ella no había tenido el valor de siquiera volver a renunciar, ya que seguro todo ya sabían lo que pasó y la verían como una trepadora que vino a su país por un príncipe multimillonario.En el poco tiempo que estuvo en la empresa supo que de todo se enteraban todos, y que siempre hablaban y comentaban, y ella no quería escuchar lo que seguramente estaban diciendo de ella, no estaba lista para algo como eso.El que su jefe no dejata de acosarla telefónicamente no ayudaba, solo la ponía más nerviosa e inquieta. Estaba sobrepasada, porque su padre y el mafioso tal vez ya estaba en la ciudad buscándola, y después porque la madre de su jefe la encontró besándolo, ella ya la odiaba, ahora seguro le había declarado la guerra, una en la que no se sentía al mismo nivel ni con ganas de luchar, por otro la
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