Amy ni quería creer lo que había oído, con eso todo su futuro y planes se arruinaban.
No quiso seguir escuchando más así que colgó y volvió a su mesa aun más nerviosa de como se fue, por eso decidió que lo mejor era irse porque ya no sería buena compañía, si sus preguntas inocente la pusieron mal si seguía preguntando y más con la llamada que había recibido se desmoronaria frente al príncipe y no quería demostrarle semejante signo de debilidad.
Ayvas estaba aun más confundido que cuando salio de la mesa, volvió aun peor, sabía que algo había sucedido, estaba preocupado pero ella solo quería irse sola, cosa que él no hallaba correcto pero ella era muy persistente.
—Prometo que no preguntaré, pero déjame llevarte, no puedes irte así —volvió a insistir.
—Enserio, no lo veo necesario —dijo tratando de salir pero él no le permitió.
—No demoraré, pago y nos vamos en silencio —mientras el príncipe estaba distraído para pagar la cuenta ella aprovechó para
Amy ya había tenido que apagar su celular porque parecía que explotaría de tanto que la llamaba y enviaba mensajes Eryildiz, y que desde que la señora Demir los encontró besándose ella no había tenido el valor de siquiera volver a renunciar, ya que seguro todo ya sabían lo que pasó y la verían como una trepadora que vino a su país por un príncipe multimillonario.En el poco tiempo que estuvo en la empresa supo que de todo se enteraban todos, y que siempre hablaban y comentaban, y ella no quería escuchar lo que seguramente estaban diciendo de ella, no estaba lista para algo como eso.El que su jefe no dejata de acosarla telefónicamente no ayudaba, solo la ponía más nerviosa e inquieta. Estaba sobrepasada, porque su padre y el mafioso tal vez ya estaba en la ciudad buscándola, y después porque la madre de su jefe la encontró besándolo, ella ya la odiaba, ahora seguro le había declarado la guerra, una en la que no se sentía al mismo nivel ni con ganas de luchar, por otro la
Ya había amanecido, y en la mansión Demir se desarrollarían cosas que cambiaría la vida de todos lo integrantes de aquella familia de cierta forma.Bay estaba pacientemente esperando que su esposo despertara, para nada le molestaba observarlo por un largo tiempo, ya que a sus ojos y al de casi todas las mujeres eran un hombre muy guapo. Tenía un rostro rudo y angelical si eso fuera posible. Cuando se caso con él se sintió la mujer más feliz del mundo, pero todo su mundo se derrumbó cuando calló en la realidad de que el no la amaba ni la amaría.—Perdona por hacerte vivir esta vida miserable —susurró su esposa.Cuando Bay habló; Cansevem comenzó a despertar, él estaba soñando que amaba a su esposa, y que en su vida había felicidad plena.—Buenos días —habló bajo Bay cuando lo vio despertar.—Buenos días, lamento haber llegado en malas condiciones anoche —se disculpó como todo el caballero que era Cansevem.—Sabes que conmigo no pasa nada, te traje
Cansevem temía lo que su esposa había decidido, y temía que fuera por todo lo que le dijo su madre.—No creo que tengas algo que decidir.—Por supuesto que lo tengo —lo contradijo, ya que por tres años lo quería hacer pero nunca tuvo el valor, pero ahora sí.Bay había llorado tanto que se durmió sin decirle a su esposo que lo dejaría. Mientras ella dormía agotada; Cansevem bajó muy enojado encontrándose con su hermano.—¿Está muy mal? —preguntó preocupado Eryildiz.—Nuestra madre se ah pasado, no puedo permitir algo así por más que sea mi madre —Cansevem a pesar de no amar a su esposa la cuidaba, ese era su deber al casarse con ella.Su madre a pesar de haberla elegido para él, le hacía la vida miserable, e incluso la hizo creer poco cosa para él, un Demir. Pero para él, ella algo muy delicado que tenía mucho valor que y él no sabía valorar.—¿Qué esperabas cuando viniste a la mansión y decidiste quedarte? —preguntó su hermano obvio.
Amy estaba asegurándose de llevarse todas sus pertenencias, sin olvidar ninguna que fuera importante para ella, tenía que elegir bien que era lo que le importaba porque debía hacer entrar todo en un total de cuatro maletas. Tomaría un viaje sin regreso a Arabia Saudita, donde al llegar olvidaría todo lo que la acecha en su país, y se dedicaría a ella completamente, logrando muchas objetivos que tiene en mente desde hace tiempo.Quería comenzar una nueva vida para poder superar todo el tormento que vivió en su país natal, y donde creyó que tendría una buena vida, pero fue así, y ahora esta obligada a irse, obligada porque en realidad se va por un motivo que no es el que ella querría.Amy es muy inteligente, pero eso nadie le valora al quedar encantados con su belleza tan exótica, belleza que le ah traído problemas con hombres peligrosos, por eso debía abandonar el país.Con solo recordar el como su padre la vendió a un mafioso Ruso a cambio de saldar sus deudas en s
Eryildiz había quedado imnotizado por la belleza de Amy, y no podía dejar de mirarla, sentía que no quería desperdiciar ni un segundo de tenerla cerca si apreciarla correctamente, deleitándose la vista con semejante imagen.No es que él estuviera acostumbrado solo a mujeres árabes, porque en realidad sí había tenido algo con americanas como ella, pero jamás se había topado con una mujer que lo deslumbrara de esa manera.Amy no estaba muy diferente a él, también estaba algo deslumbrada por el que seria su jefe, temía no poder parar se observarlo en ningún momento.- Pase por favor. - Dijo él cuando ella llegó a la puerta.Él no recordaba a quien había como su secretaria ni el curriculum que tenía, así que lo revisaría de nuevo, porque a pesar de que era muy hermosa, le daba algo de miedo que fuera una hueca como por lo general son las mujeres que portan tanta belleza. Para su sorpresa era una mujer muy inteligente y muy bien preparada academicamente y profesio
El empresario estaba llegando a la casa de sus padres de visita, cuando antes de siquiera acabar de cruzar la puerta principal y se vio abordado por su intensa madre.—No pensé que vendrías hoy Eryildiz —dijo emocionada su madre.—Solo ah pasado un día desde que vine, no exageres madre —dijo el hombre rodando los ojos.—Es que justo estaba hablando con una amiga, ella tiene una hija hermosa, y justo iba a llamarte para decirte que mañana cenaremos con ella para que la conozcas, será aquí en la casa —ye se estaba arrepintiendo de ir a visitar a sus padres, ya que siempre era la misma historia.—Espero que sea por temas de negocios la cena, sino la declianre, porque no me interesa nada más que eso, y lo sabes madre —dijo tratando de no faltarle el respeto a su madre.—Como hijo mayor debiste ser el primero en casarte, pero te deje ser el último porque te queiro y quise darte la libertad que querías y que según tu necesitabas, pero ya no Eryildiz —dijo su
Desde lo que ocurrió en la mansión Demir, su jefe estaba tratándola de manera diferente y poco certez, cuando en realidad era ella quien debería estar ofendida por lo que él hizo.—Hoy otra vez nos reuniremos con el príncipe Ayvas Zorlu —le recordó por quinta vez en dos horas.—No se preocupe, no se me olvida, ahí estaré sin falta —trató de sonar seria cuando en realidad quería quería insultarlo, pero debía contenerse, ya que tenía que cuidar ese trabajo a pesar de todo.Se adelanto a la sala de juntas, para que estuviera tranquilo que no faltaría a dicha reunión.No tardaron más de dos minutos en entrar por la puerta ambos príncipes, el príncipe Eryildiz Demir y el príncipe Ayvas Zorlu, ambos de imponente e intimidante figura.—Buenos días —saludo cortezmente a Ayvas.Ayvas al verla tan hermosa y radiante como la primera y última vez que había visto en su anterior junta con Eryildiz, decidió que esta vez la invitaría a salir.Eryildiz al se