Si le preguntan Kader no supo ni qué pasó, en un momento estaba muy tranquilo tomando una siesta después de haber pasado toda la noche trabajando/robando, y segundos después estaba escuchando una voz molesta y gruñona dándole órdenes como si fuera su dueña. Apenas si pudo entender lo que le dijo, lo único que tenía claro es que estaba en problemas. A lo que, para su mal, ya se estaba acostumbrando. Con toda la pereza del mundo se levantó de la cama y se vistió con lo primero que encontró. Intentó ser lo más sigiloso posible para que nadie notara su salida, o no lo dejarían en paz con todo tipo de reclamos, burlas, advertencias y amenazas. Cuando llegó a la puerta ya sentía que podía cantar victoria, pero su suerte duró poco, pues a su lado apareció quien menos quería ver en ese momento. - ¿A dónde vas Le Roux? - le preguntó con los brazos cruzados
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