Llevaba ya tres días buscando trabajo y nada, estaba tan desesperada que ya no sabía qué hacer. Mi vida se estaba volviendo todo un desastre.Era viernes, pensé que tal vez podría encontrar un trabajo de solo el fin de semana, muchos lugares contrataban personal adicional para atender a la gran cantidad de turistas que llegaban al puerto, sin embargo, no tuve suerte.Pasaba mis días caminando, leyendo el diario y hasta me metí a un café internet para suscribirme en páginas de empleo.Fue esa tarde del viernes en que estaba sentada en la cocina pelando papas, ayudando a doña Lucha con la cena, cuando vi bajar a Connie muy arreglada, se veía espectacular con un vestido de coctel, corto a la rodilla y con un escote en corazón.—¿Te gusta mi vestido? — preguntó al darse cuenta que me había quedado con la boca abierta.—Sí, e
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