Capítulo 20. Arma secreta.
Libero todo el aire que he estado reteniendo los últimos treinta segundos, es decir, el tiempo que tardó el ascensor en llegar hasta el piso en donde trabajo.De inmediato me encuentro con la luz proveniente del ventanal a unos quince metros en frente. Es un hermoso con un clima estupendo y un radiante sol que saluda a todos los habitantes de esta ciudad.Guardo mi identificación en el bolsillo de mi chaqueta de cuero falso y me asomo a la sala de estar donde encuentro a José sentado en el gran sofá frente al ventanal. Al levantar su mirada una gran sonrisa asoma en sus labios cuando nota mi presencia y se levanta del sofá para saludarme con un abrazo.- Te extrañé, Ayzel.Correspondo al abrazo y trato de mostrar una sonrisa alegre, sin embargo, sé lo que me espera en el trascurso del día y no puedo sentirme más desdichada.- También te extrañé. ¿De qué me he perdido estos dos días?Seguí las instrucciones de la Doctora Moore y me permití tomar un descanso de dos días
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