— ¿Isis? –pregunto, bajándome la cremallera del abrigo.Nada, no hay respuesta, y tampoco escucho nada. Me alarmo un poco, y rápidamente miro la pantalla de mi teléfono verificando que no tengo mensajes ni llamadas de nadie.Marco el número de teléfono que Elías me dio, pero tampoco. Registro la casa entera, y no hay nadie, solo está el carrito de Olivia en la habitación de invitados junto con su mochila abierta. Cojo las llaves del coche, y salgo del edificio corriendo, arrancando el coche a toda prisa y conduciendo hacia casa de Isis, dónde puede que estén.Llamo repetidas veces al timbre de la casa, y los tacones de Bella contra la madera del suelo resuenan desde dentro de la casa, y me abre bruscamente la puerta.
Leer más