22

Unos secos golpes en la puerta me alarman, y corro hacia ella, abriéndola y dando con un asiático con una bolsa de comida. Le extiendo un billete, y arrebato la comida de sus manos cerrándole la puerta en la cara.

—Puto chino de los cojones –espeto, y dejo la comida sobre la mesa que se acopla en la cama, dejándosela a Isis delante.

— ¿Quieres? –me pregunta, y señala la bandeja de plástico dónde hay un montón de cosas raras hechas con pescado crudo.

—No, gracias, prefiero comer cosas que estén hechas –me lanzo al sofá y saco el teléfono de mi abrigo para dejarlo sobre la mesa.

—Está delicioso. Anda, pruébalo –insiste.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP