Apoyó su espalda sobre el mullido colchón al darse vuelta mientras luchaba por volver a dormir, era sábado, y aunque seguía cansada por no haber dormido suficiente, el sueño la había abandonado minutos antes, todavía no amanecía y esa madrugada era fresca, su cuerpo se mantenía calentito por una cobija afelpada. Suspiró intentando relajarse… llevó una de sus manos a su cuello y sintió el palpitar de su corazón ligeramente más acelerado. —¿Qué te está pasando, Leia? — se preguntó en un susurro. Se sentía extraña, había llegado muy tarde después de salir con Caleb, Kristel por suerte la había esperado para abrirle, tuvo que contarle algunos detalles, pero omitió, como siempre, esos momentos que Caleb la hacía vivir. — ¡Dios! — mencionó despacio al cerrar los ojos. Caleb le dijo que le gustaba… sintió su corazón acelerarse un poco más al recordarlo, no entendía esa reacción extraña que eso le ha
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