Capítulo 122. Una fiesta de quince años
Tres meses después.La joven Lía se miraba al espejo con una expresión de tristeza, eso no es lo que se esperó ese día, y a pesar de odiar vestirse con esos vestidos tan pomposos y elegantes, porque ella amaba sus jeans, sus camisetas, vestirse con ropa deportiva sin tanto brillo, ni adornos, lamentablemente para ella no tenía otra alternativa, porque fue parte de una promesa que le hizo a su gemela; la condenada se la supo hacer, pensó la chica con nostalgia, los recuerdos de ese fatídico día llegaron a su mente, intentó retenerlos para que no pasaran, mas estos estaban empeñados en colarse. Ese día siempre lo recordaría como el peor de su vida cuando sintió que su mundo le cayó encima en cientos de pedazos, fue el peor día, un par de lágrimas brotaron de sus ojos, las limpió con prisa al oír unos golpecitos en la puerta.<
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