A pesar de haber tenido seis embarazos, cinco de ellos efectivos, Lukyan no estaba adaptado a la excesiva atención que recibía en su nueva manada. Era algo realmente estresante para él. Y lo decía, tanto en el buen sentido como el malo.Desde que se levantaba tenía a Dante verificando cada uno de sus movimientos, y hasta tenía que gruñirle para que lo dejara, al menos, ir al baño solo. La intimidad era algo que estaba perdiendo poco a poco, y a él le gustaba tener su espacio.Y no era que no le gustaba la atención, es que era tanta que se agobiaba. Y no solo era por Dante, incluso Bastian asistía cada mañana para atenderlo, peinarlo, ayudarlo a vestir y demás. Lukyan, toda su vida, dependió de él mismo, así que tener a alguien que hiciera eso era algo realmente extraño e incómodo.Como resultado, siempre terminaba huyendo a cualquier lado de la manada con tal de respirar. Dante siempre tenía mucho trabajo. Había días en que incluso no se veían mucho, a no ser en la noche y caía tan ca
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