Inicio / Romance / LA ESPOSA DEL ITALIANO / Capítulo 111 - Capítulo 120
Todos los capítulos de LA ESPOSA DEL ITALIANO: Capítulo 111 - Capítulo 120
186 chapters
CAPÍTULO VEINTISÉIS: UNA ELECCIÓN PELIGROSA
Capítulo veintiséisUna elección peligrosa*Enrico Falconi*Reviso la propuesta en tanto los inversores disfrutan de la música, la bebida… y las vistas. Las bailarinas se pasean una que otra vez por nuestra mesa y mientras que los invitados prácticamente babean sobre ellas, yo me remito a leer el documento. Ninguna mujer es capaz de provocarme ni la más ínfima reacción desde que conocí a la diosa de cabello azabache y ojos azules. Solo ella puede excitarme, incitarme al pecado y finalmente, frustrarme. Sin embargo, estoy seguro de que a partir del próximo domingo todo va a cambiar.Estoy ansioso, sufro con la dolorosa erección que me explota en los pantalones y sueño con venerar su cuerpo desnudo aun estando despierto. Me tiene hipnotizado por completo y no estoy seguro de si veinticuatro horas serán suficientes para satisfacerme de ella.—Todo p
Leer más
CAPÍTULO VEINTISIETE: ESTOY SEGURA
  Capítulo veintisiete Estoy segura     *Stella Di Lauro*     Con la ayuda de mamá acomodamos a la abuela en su cama bajo protestas. A la anciana no le gusta mucho la idea, pues no deja de decir que inútil no es. Sin embargo, ya todos estamos acostumbrados y la ignoramos.      —Deja de quejarte —resopla mi madre—. Te escapaste del hospital con la condición de que te dejarías cuidar y no has hecho más que protestar.      —Puedo acostarme solita sin ayuda, ni que estuviera senil —replica en un bufido—. Y no me hables como si la madre aquí fueras tú, Cassandra Reid.      —Entonces no te comportes como una niña —rebate la hija.    —Bueno, ya estás lista para dormir —decido intervenir antes de que empiecen a discutir—. Es hora de irnos, mamá.  &nb
Leer más
CAPÍTULO VEINTIOCHO: ADRENALINA PURA
Capítulo veintiocho Adrenalina pura *Stella Di Lauro* Como era de esperar, él no tarda en alcanzarme y aprisiona mi cintura entre sus brazos. —¡No me voy a subir ahí! —protesto casi histérica. —Vamos, princesita —su voz ronca rozando mi oído me estremece toda por dentro—. Es solo un helicóptero. —El helicóptero me da igual —replico al instante—. Es lo que viene después. —Confía en mí, Ella —me da media vuelta para enfrentarme a la mirada más seductora que he visto nunca—. Jamás haría algo que te lastimara. Sé lo que hago. —No, no, no —me niego en rotundo con la cabeza baja y los ojos cerrados. —Ella —la palma de su mano va a mi mejilla, causándome una calidez repentina. ¿Es posible que su simple tanto me otorgue confort y seguridad?—. No pasará nada, yo te cuidaré, ¿de acuerdo? —Yo... —Prometo que no te soltaré —insiste—. Solo tienes que abrir tu mente y dejarte llevar por las sensaciones. Dejarme llevar... es lo que me he propuesto, pero esto... es demasiado arrie
Leer más
CAPÍTULO VEINTINUEVE: ESCAPAR DE LA REALIDAD
Capítulo veintinueve Escapar de la realidad *Stella Di Lauro* Las vistas del lugar son asombrosas, pero ningún paisaje se compara al hombre que tengo en frente. Hoy por primera vez le veo sin traje ni corbata. La camisa de vestir con las mangas subidas hasta la mitad del antebrazo le queda de muerte. La tela delinea su voluminosa musculatura y los primeros botones sin abrochar dan un buen vistazo de su fornido pecho. «Me encantaría besarlo» La vista se me pierde de manera inconsciente en esa zona y cuando escucho su sonrisa, reacciono con rapidez al mismo tiempo que siento cómo se me calientan las mejillas. ¡Por nuestro señor Jesucristo! ¿Pero qué estoy pensando? —¿Te gusta lo que ves? —cuestiona con una ceja enarcada junto a una expresión divertida. «¡Demonios, sí!» —No está mal —hago lo que mejor sé hacer: encogerme de hombros. —Y es todo única y exclusivamente para ti, princesita... —se acerca con pasos lentos a la vez que clava la mirada directamente en mis ojos y mu
Leer más
CAPÍTULO TREINTA: EL MEJOR TRUCO DE MAGIA
Capítulo treinta El mejor truco de magia *Stella Di Lauro* «Mi turno» ¡Joder, me toca! Tomo una profunda respiración antes de proceder a deshacerme del abrigo y las botas de tacón. Me saco la fina blusa por la cabeza y bajo el vaquero con extrema lentitud. Me detengo por unos minutos vacilante, pero al final me mentalizo con un largo resoplido. «Sabes a lo que has venido. Has tomado tu decisión y ahora no hay espacio para la timidez» Contengo la respiración al mismo tiempo que llevo las manos hacia mi espalda y deshago el broche del sujetador. Sostengo las copas sobre mis pechos por unos segundos para luego dejarlos ir. Ya está... estoy desnuda, frente a él, al play boy pervertido acosador Enrico Falconi. Me estoy tragando mis propias palabras, pero lo hago con mucho gusto. El cosquilleo que siento en el estómago al ser sometida bajo su escrutinio visual me lo confirma. »Te falta algo princesita —señala sonriente. «Las bragas» ¡Joder, joder, joder! «No vayas a enloq
Leer más
CAPÍTULO TREINTA Y UNO: IMBÉCIL
Capítulo treinta y uno Imbécil *Enrico Falconi* La miro y no lo creo, joder. Es una ninfa seductora, una diosa, una ser mítico tan extraordinario que no parece real. Tanta belleza no puede ser real... Tengo una extraña sensación en el pecho que no se va. No puedo explicarlo ni tampoco hallarle sentido, solo sé que no puedo despegarme de ella y que las míseras veinticuatro horas no son suficientes. Únicamente me han servido para obsesionarme más todavía. Ahora mismo no consigo dormir. Por más que lo intento, mis ojos se niegan a cerrarse, a privarme de la vista que me ofrecen. Simplemente no puedo dejar de mirar su rostro aniñado pasivo y relajado. Resulta muy difícil de creer que yo, Enrico Falconi, el hombre que nunca ha querido compromisos para evitar el apego a las mujeres, haya planeado un domingo romántico con la más peligrosa de todas. Porque sí, Stella Di Lauro es demasiado peligrosa. En unas pocas semanas me ha hecho perder la cabeza y me temo que si continúo caminando p
Leer más
CAPÍTULO TREINTA Y DOS: ESTÚPIDA
Capítulo treinta y dos Estúpida *Stella Di Lauro* Se arrepiente... Creo que un puñetazo habría dolido menos. Mi hermano mayor golpea a su mejor amigo con furia y el otro idiota se deja ser pateado como un saco de papas. Tengo la rabia en estado máximo y eso no es bueno, porque suelo explotar en llamas como los fuegos artificiales. Actúo con rapidez al tirar del brazo de Federico, pero es en vano. El muy jodío parece un Titán lleno de fuerza bruta. Entonces, opto por lo más práctico: me meto en medio de los dos en cuanto veo la oportunidad. —Apártate, Ella —pide el Di Lauro en un tono muy bajo. Tiene la mirada perdida en sus crueles instintos y de ser otra persona, le tendría miedo. —No. —¡Joder, Ella, apártate! —ahora sí grita enrabietado. —¡He dicho que no! —replico en el mismo tono—. ¡Deja de meterte en mi jodida vida! ¡Es mía! ¡Mía! No tienes ningún derecho. —Soy tu hermano mayor —Fede se remueve inquieto en su sitio, aunque sin perder su posición de combate. —¡Y
Leer más
CAPÍTULO TREINTA Y TRES: NO PUEDO ALEJARME DE ELLA
  Capítulo treinta y tres   No puedo alejarme de ella     *Enrico Falconi*     La veo irse y me acuerdo de todos mis antepasados. ¿Cómo es posible que me haya atrofiado el cerebro al punto de no poder controlar mis propias palabras?      Joder, que ha entendido todo mal y me ha apuñalados en el proceso.    La expresión asesina de Federico Di Lauro no me ayuda a salir de mi ensimismamiento.      —Federico...      —¡Cállate! —me corta de manera abrupta—. No quiero escucharte porque tus palabras no tienen valor para mí.      —¿Qué quieres entonces, eh? —cuestiono—. ¿Golpearme? Vamos, aprovecha que tu hermana se ha ido.      —A mi hermana no la menciones, imbécil —me se
Leer más
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO: IRA, DISCULPAS Y PROBLEMAS
Capítulo treinta y cuatro Ira, disculpas y problemas *Stella Di Lauro* Doy vueltas en la cama hasta que me doy por vencida. Por más que lo intente, soy consciente de que no volveré a conciliar el sueño. Estoy agotada, pero mi cuerpo se ha adaptado a la rutina de las últimas semanas y despierta a las cinco y media de la mañana como si fuese un reloj con alarma automática. Dejo escapar un fuerte resoplido antes de levantarme en cámara lenta e ir al armario por unos pantalones cortos y una sudadera. Me he acostumbrado a trotar por las mañanas, pues en los últimos tiempos me ayudan más con el estrés que los cubos de Rubik. —¿Te importa si te acompaño? —el molesto de mi hermano me pilla a unos pocos metros de la verja de la residencia. —De hecho, sí —soy directa a la hora de contestar—. Prefiero correr sola. —Ella... —¿Qué pasa? —le corto de raíz. Una semana ha pasado y el enfado continúa latente. No quiero verlos, ni a él ni al energúmeno ridículo que me ha enviado flores, bombo
Leer más
CAPÍTULO TREINTA Y CINCO: INSTINTOS ASESINOS
Capítulo treinta y cinco Instintos asesinos *Stella Di Lauro* Mi madre me mira, yo le devuelvo la mirada y luego ambas nos enfocamos en mi padre. Nos ha tomado por sorpresa y ninguna de las dos sabemos qué decir. —He hecho una pregunta y estoy esperando una respuesta —exige el señor de la casa en su pose más imponente. —¡Buenos días! —la aparición de los niños nos salva la campana y a la vez, nos obliga a despertar de nuestro letargo. Sin embargo, papá se mantiene de pie frente a nosotras, impertérrito. —Es muy temprano para andar tan serio en plan inquisidor, mi amor —alega mamá con tono meloso en tanto le prepara el desayuno al par de adolescentes revoltosos. —Estabais discutiendo y quiero saber por qué —replica él. —No discutíamos —salto a la defensiva—. Simplemente tenemos diferencias de opiniones. —¿Sobre qué? —insiste. —Cosas de mujeres —interviene mi madre. —¿Qué cosas? —¡Cosas de mujeres y fin del tema, Adriano Di Lauro! —dictamina ella a la vez que le observa con
Leer más