Sara se quedó dormida en la cama abrazada de Joel, él también dormía, Celeste sonrió melancólica al verlos de nuevo juntos, suspiró cubriéndolos con una colcha, Joel sintió a Celeste y abrió los ojos mirando a su esposa. Celeste acarició el rostro cansado de Joel. “Dormiré en el cuarto de Sara, disfruta a tu hija Joel”. “Gracias Celeste”. Tomo su mano y la beso. Joel se acomodó viendo a su pequeña Sara en sus brazos, estaba feliz de tenerla de nuevo a su lado, aunque ella parecía más madura siempre sería su niña. Al poco tiempo se quedó dormido, recordando cuando se la entregaron en sus brazos recién nacida, cuando ella tomaba su biberón en sus brazos, su primera papilla, sus primeros pasos, cuando la enseño a andar en bicicleta, su primer día en la escuela, cuando l
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