Horas interminables de espera empezaron a correr con lentitud. Todos se veían cansados, preocupados, sin embargo, no abandonaban el barco, estaban junto a Laura e Ignacio, en ese duro momento. Cerca de la media noche, el médico apareció con noticias. —El procedimiento salió bien —comentó. Ignacio suspiró pensando que con eso su novia iba a mejorar—. Sin embargo, los niveles de plaquetas de Laura no suben estamos suministrando medicamentos esperamos una reacción favorable —explicó el médico. — ¿Entonces sigue grave? —preguntó Nacho, a punto de enloquecer de angustia, tristeza, dolor. —Lamentablemente, si Ignacio, nosotros estamos haciendo todo lo posible, el resto ya depende de Dios. En ese momento el jovencito quien siempre había sido creyente renegó de Dios; le p
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