Ha pasado una maldita semana en la que no he tenido noticias de Lenin, ni siquiera me habla, y toda la comida que me han traído a la habitación, es probada primero por mi dama de compañía como le gusta que le digan; Agatha, desde mi última plática con él, el trato hacia mi persona ha mejorado, pero no tanto como hacerme cambiar de opinión con respecto a venderme a la mafia italiana, porque así se sentía. Él estaba empeñado a convertirme en la reina de la mafia, me dio dos opciones pero ninguna me convenía, y por eso usó su única carta, nuestro hijo, pero estaba mal si pensaba que eso me iba a detener.Está tan seguro de que caeré a sus pies, y que me enamoraré de él, pero no, si antes de estar metida en este lío comenzaba a sentir algo por él,
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