Sábado, 1:09 am:El metálico y desagradable olor de la sangre era tan fuerte que podía sentirlo perforar sus fosas nasales con incomodidad. El dolor en su cuerpo era totalmente insoportable, sobre todo en su brazo derecho, estaba totalmente entumecido y adolorido, ¿cómo era posible esa combinación? Seguramente estaba completamente fracturado, y ni hablar del dolor en su torso y piernas, no dolían tanto como su brazo derecho, pero maldición que estaba pasando un mal rato. Su cabeza daba vueltas y asumía que lo que bajaba por su sien no era sudor. La blanca luz golpeó sus ojos al abrirlos y maldijo bajo al darse cuenta de que se encontraba acostado en el gran sofá de su sala. Se incorporó rápidamente y miró al segundo piso en busca de Sophie, pero no pudo ver ni escuchar nada, ni siquiera vio el más mínimo rastro de sus mascotas, por lo c
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