Joaquín sentado en el suelo, sollozaba esperando noticias, daba golpes con su cabeza en la pared, tiraba de su cabello, angustiado, entonces observó a su hermano y se acordó de la acusación de María Paz, se levantó como un energúmeno y se le fue encima a golpes. Esta vez Carlos, se dejó pegar, no se defendió, entre Rodrigo, Fernando, Miguel, separaron a Joaquín. —Fuiste vos... ¡Maldito desgraciado! ¿Por qué te ensañaste con ella? Es tu amiga —reclamó, mientras Carlos inclinaba su cabeza, presionaba sus puños. —¿Por qué lo hiciste? La sombría mirada del mayor de los hermanos se plantó en el joven. —Porque vos y Elizabeth, se entendían, así como ella fingió su muerte y yo pase siete años llorando en su tumba, así mismo vos debés sufrir — pronunció Carlos, lleno de dolor. Joaquín negó con la cabeza, se llevó la mano a la frente y lo encaró.
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