*Valentín*—Y dos años después descubro que no fue un engaño como tal, si le puede definir de ese modo.Después de dos potes de helados y charlas banales, por fin pude convencerla de que me contase sobre su ex. No fue grato escucharla hablar, sobre todo si en ciertas partes de la historia sus ojos se perdían en algún punto invisible o cuando su mente se desviaba en los recuerdos o como sus labios rojos esbozaban sutiles sonrisas. Reconozco que su historia de amor fue bonita —lo admito, muy a mi pesar—, también está el hecho de que el tal Jacob la engañó. Puede que hubo sido por obligación, pero, en lo que a mí respecta, fue un engaño en todo el significado de la palabra. Por todas las diferentes situaciones que ha pasado desde muy temprana edad, Isabella, hoy día, es como es. Comprendí el por qué de su carácter a veces gé
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