Camila regresó a su lugar junto a Matteo e hizo un esfuerzo sobrehumano para que él no notara que estaba alterada y que lo único que deseaba era marcharse de aquel lugar. Sin embargo, por amor a su hermano y su cuñada, debía resistir.La recepción transcurrió con normalidad. Los flashes de las fotos que se tomaban parpadeando en todo momento, uno que otro familiar demasiado contento a causa del exceso de bebida, otros disfrutaban de la comida, conversando o bailando al ritmo de la música. Los novios se pasearon por las mesas y todos los felicitaban y les deseaban lo mejor. Alguna prima entrometida les preguntó que cuándo llegarían los niños y otras solo murmuraban si él se había enamorado o ella lo había sonsacado para que dejara el sacerdocio. De vez en cuando, Camila giraba su cabeza hacia el lugar donde se encontraba Adrián, y le enojaba que se most
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