Por mucho tiempo Camila tuvo que soportar la persecución de Giulio y por miedo a perder su empleo, nunca hizo nada. Incluso al irse de la empresa tuvo la oportunidad de delatarlo como le propuso Silvia, la chica de recursos humanos, pero no lo hizo. Tal vez tenía miedo a un escándalo y de lo que Giulio sabía de su pasado. Sin embargo, ya no podía continuar dejando que ese hombre se interpusiera en su camino y le impidiera lograr sus metas. Iba cavilando estas cosas cuando de pronto alguien la detuvo.—Hola, Camila.—Hola.Era una mujer que no conocía, pero cuyo rostro había visto antes. Lucía distinguida, elegante, como sacada de una revista de sociedad. Aparentaba no llegar a los treinta, pero era mucho mayor que ella. Su cabello con matices rubios caían hasta sus hombros y una sonrisa pintada con labial rojo resaltaba en sus labios. Algo distintivo en ella le trajo a la me
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