En el hospital, Irene y Alan esperaban al médico. Ambos estuvieron en absoluto silencio, Irene suspiró varias veces debido a su arrebato, pero ya no podía soportar esa actitud de Alan, ella toleraría todo para sí misma, pero su hija era una cosa muy diferente. Además, de que no permitiría que Estefanía estuviera tan mal influenciada por ellos, si ella aceptaba por cuenta propia hacerlo, entonces no se opondría. Pero al pasar toda la noche poniéndose al tanto de lo que había estado pasando en todo ese tiempo, su conclusión fue la misma que al principio, tal vez. Sí, era una heredera legítima, pero no quería que viviera toda su vida vacía, estresada y triste como ellos, tenía el derecho de vivir relajadamente por lo menos un tiempo, antes de inmiscuirse en todo ese mundo tan cruel en el que si no mordías eras desgarrado. —No quiero que esto vuelva a suceder, controla tus acciones impulsivas. Sé que me equivoque, y al p
Leer más