AdamDescuelgo la única foto familiar que Betty ha dejado, le dije que no lo hiciera y aun así lo hizo. A mi Minina no le gustan las fotografías y en esta casa nunca habrá fotografías. Nada que tenga rostros. Miro por algunos segundos la fotografía; la sonrisa altiva de Finn, siempre apartado, sólo mamá está cerca de él; Damian sonríe, feliz, como todo niño a su edad sin sus dientes delanteros, está sentado en las piernas de mamá; ella también sonríe, se ve radiante, es una lástima no recordar nada de ella, o que esa imagen no sea familiar en mi cabeza; papá se ve orgulloso con su mano sobre el hombro de ella y su otra mano en mi hombro; y yo, pues también me veo feliz. Quizás fueron buenos tiempos. Creo que fue tomada un par antes de años de que pasara lo de mamá, eso de la pérdida de la bebé y su posterior suicidio. Damian tendría unos tres años, Finn era un enfermo masoquista de quince años, y yo tendría nueve. Estoy seguro de que tomé la decisión adecuada, toda imagen de mis padre
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