Luego de hacer unos ejercicios que nos ayudaban a nuestras energías nos dirigimos hacia el salón de prácticas. Volvimos a entrar a la gran casa y nos dirigimos por el mismo camino que nos llevaba al lugar de reuniones y a un lado estaba el salón. Brais se acercó y abrió la puerta, y otra vez la magia. Un lugar grandísimo apareció en frente nuestro. Parecía una cancha de básquetbol, pero era larga y no tenia gradas solo unos banquillos y solo pistas. De repente era césped, el techo dejaba pasar luz natural pero todo estaba iluminado con luces blancas. Parecía otro mundo dentro de otra habitación sus dimensiones eran irreales. Pisamos el césped y a lo lejos se veían murallas, altas murallas, plataformas que subían y bajaban, agua, fuego y demás cosas que representaban todos los elementos. — ¡Vamos! —dijo Brais que parecía haber tomado el papel de líder del equipo. Caminamos detrás de Brais hasta que llegamos a un sitio do
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