Megan sentía que había dormido por días, su cuerpo estaba tan tenso, pero de pronto unas manos la acariciaban despertándola por completo, aún era de noche, cuando se volvió noto que era Jack quien la tocaba. —¡Lo siento te he despertado! —No pasa nada. ¿A dónde fuiste? —A los establos, a pensar. —¿Y qué pensabas? —¡Que soy un idiota! Aquella respuesta le dio risa a Megan. —Si es por lo de hace rato, ya lo olvide. —Es por todo, por cómo te he tratado. —Está bien Jack. Eso sí que era un buen comienzo pensó. —Esta noche sigue siendo nuestra noche, y pienso hacerte el amor. La volvió hacia él besándola dulcemente para comenzar a consumar su matrimonio, convirtiendo a Megan en su esposa. Pronto las cosas fueron mejorando entre la pareja de casados, y comenzaban a llegar las noticias. —Patrón, tiene q
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