El deseaba volverla loca con cada rose de su lengua, y Megan se sentía fascinada por la manera que él, la estaba tratando. Su cuerpo estaba húmedo y su centro femenino era una mar desbordándose entre sus piernas y las sabanas.—¡Oh Jack, ven a mí por favor! Le suplicaba.—¿Dime qué quieres Megan?—¡Hazme el amor vaquero! Le susurro sin pudor.—Muy bien, sabrás como hace el amor un vaquero de Texas.Se colocó entre sus piernas pasando su lengua húmeda por su centro femenino empapado de pasión, ella abrió las piernas completamente para el disfrutando de la lengua experta de Jack. No sentía pena, ni vergüenza, deseaba a ese hombre y lo tenía en su cama y entre sus piernas probando de su néctar. Megan no podía aguantar tanto placer, dejándose llev
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