Creo que nunca había tomado tanto café como en este momento, ya llevo cinco expresos encima porque todavía me niego a volver al edificio, no quiero verlo, no quiero escuchar sus palabras ni mucho menos oler el aroma de su perfume, Jared Walker es como una hipnosis para mí, él me hace débil, vulnerable, me pone a sus pies y yo ni siquiera me doy cuenta de que forma lo hace, me niego a ser parte de este juego otra vez, las cosas ya están lo suficientemente jodidas como para agregar más presión.Mi celular vibra en el bolsillo de mi blazer, yo me termino el café y boto el vasito en la caneca.–¿Dónde demonios estás metida, Morgan? – es un mensaje del jefe, no debe estar muy contento, además de que llego tarde, he estado ausente toda la mañana. –En el carrito de café – respondo – ¿Quiere uno? – espero que s
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