BRYONY Estaba aterrada por lo que aquellos hombres estaban a punto de hacer, en cuanto vi que uno de ellos se bajaba la bragueta temblé. ¿Por qué carajo Barclay me había dejado en este sitio? Una nube gris llena de dudas se acumulaba en mi cabeza, uno de ellos comenzó a manosearme el cuerpo, me tenían atada de pies y manos a una silla de metal. Pude haber llorado, pataleado o incluso aventar improperios, pero no me humillaría, no les daría el gusto de verme llorar siquiera... ¿o sí? Demasiado tarde para elegir que hacer o que no estaba bien, enseguida entró alguien y a toda velocidad comenzó a golpear a uno de ellos, pese a mi sorpresa nadie se metió, nadie lo detuvo, aquel hombre de traje solo estaba golpeando sin parar al otro hombre que hace unos cuantos minutos intentaba abusar de mí. De pronto llegó alguien más y
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