El placer pulsa, flotando fuera de mi alcance, nublando todos mis sentidos y adormeciendo mi buen juicio.—Me perteneces legal y espiritualmente Lea —continua suave pero con un deje de amenaza—. Yo soy el único que te folla, nadie más, ni ahora ni nunca.Enzo no me permite hablar, mueve con más destreza sus dedos, ante sus palabras y movimientos volqué el borde, gimiendo mientras estrellas estallaban dentro de mi, colapso contra él, sintiendo mis mejillas arder, Enzo rápidamente como todo un maestro, saca su enorme polla y la desliza sobre mi muy húmedo coño, se adentra y chillo ante su grosor, no tenía idea de si sus hombres o Preppy pudieran escucharme, pero no me importa en absoluto.Envuelvo mis brazos
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