21. Promesa
―Tutti, ¿por qué no estás lista? ―preguntó Babs moviéndome con insistencia. ―No iré Babs, vayan ustedes y diviértanse mucho ―dije envolviéndome más con las cobijas. ―¿Estás bien, Tutti? ―cuestionó preocupada. ―Solo estoy cansada, Babs. Vayan ustedes, aprovecha para que pases más tiempo con Charles, la semana que viene lo haré trabajar el doble. ―Que mala, Tutti. ―Anda, ve. Cuando regreses me platicas como les fue. ―Bueno, descansa entonces, Tutti. Cualquier cosa, llámame. Ella cerró la puerta y entonces me destapé. Me levanté para darme un rico y frio baño para terminar de despertar. Y mi teléfono sonó. Creí que se trataría de Neal, pues el día anterior no se dignó ni a dejarme una sola llamada o mínimo un mensaje. Siguió insistiendo, que lo tomé para apagarlo, pero no era Neal, era Leonora. ―¿Leonora? ―Ah, niña ¿no pensabas contestar? Necesito que el lunes te presentes en mi oficina puntual. Ten
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