– ¿Crees, que algún día yo pueda llegar a ser feliz? –nuestras manos entrelazadas van y vienen, volteo a verle, la luz del sol hace que entrecierre mis ojos, pero su cabello rubio resalta aún más. –No lo sé, en ocasiones me da miedo mamá, no quiero que…– ¿Te ocurra lo mismo que a mí? –llevo la mirada al frente, asiento levemente. –Frida, aun estas de corta edad para pensar en si llegaras hacer feliz con una persona –se queda en silencio unos segundos, retoma sus palabras. –Pero supongo que la ausencia de tu padre de un modo u otro te ha afectado.–No del todo, mamá –nos detenemos, sonrió. –Papá decidió perderse toda una bonita vida junto a nosotras, siento más pena por él, que por nosotras –me encojo de hombros, esta ríe.–
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