LUCIANA —Así que ese restaurante es tuyo —afirmé en vez de preguntar. Con lo que dejo dicho antes, podía entender que ese lugar le pertenecía, aunque no lo hubiera asegurado. Erick, asintió con la cabeza, antes de hablar. —En efecto. Conducía devuelta a la casa de playa, después de la hermosa propuesta que me hizo dimos un paseo por la costa hasta que los alrededores se volvieron más desérticos y el viento comenzaba a refrescar un poco más. Las charlas con Erick eran cada vez más joviales, dejando atrás el modo serio y dándole entrada a la comunicación. Eso era maravilloso, una de las mejores cosas para que una relación funcione, es la confianza y la comunicación. Y esos eran los primeros puntos con lo que estaba arrancando esta relación. Erick y yo habíamos pasado por muchas cosas, podía ser que esto no era el principio, era como una oportunidad, una que nos dimos por amor. Y por un lado esto era el comienzo de muchas cosas buenas, eso quería pensar. Estaba intentando ser la
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