LUCIANA—Aún no entiendo como es que me deje arrastrar a este viaje.Llevábamos minutos de camino hacia algún lugar en Los Ángeles, ¿qué hacíamos aquí? No tengo la menor idea, solo se que me deje llevar cuando Rebecca y mis hermanos se pusieron contentos cuándo Erick los invito. Me giré en el asiento delantero del Mercedes que alquiló para el viaje en tierra, me subí las gafas de sol a la cabeza para poder ver a Erick con claridad.Él me miró de reojo, sus ojos ocultos tras las Ray Ban oscuras.
DOS AÑOS DESPUÉS —¡Oh por Dios!, ¡oh por Dios! —grito feliz sabiendo del baño con una prueba de embarazo en mi mano. —¿Es positivo? —inquiere Rebecca, estaba esperando afuera de la habitación. Mi amiga me acompañó a comparar los test después de mis sospechas por los síntomas que había presentado durante casi un mes. Aún no le decía nada a Erick, ya que quería estar muy segura. Después de que nos casamos decidimos tomar un tiempo para disfrutar de nuestro matrimonio, en ese momento no estaban en nuestros planes ser padres. Pero al pasar un año intenté quedar embarazada y nunca lo lograba, comencé a preocuparme, pero mi ginecólogo me dijo que era normal porque muchas mujeres pasaban por ese problema cuando solo pensaban en concebir. Y hoy era de uno de mis días más felices porque me había hecho seis pruebas caseras y todas daban positivo, eso quería decir que está embarazada, de todas maneras iba a sacar una cita con mi ginecólogo para hacerme unas pruebas más seguras y por fin po
¿Un doloroso amor se podrá superar?. Son las palabras que le carcomían en la cabeza Luciana que al igual se preguntaba si el tiempo ayudaría en eso, como Olivia le había dicho. "El tiempo lo dirá todo."Estaba harta de siempre escuchar lo mismo y nunca lograr un cambio en sus sentimientos. Habían pasado algunos meses y ella seguía sintiendo el mismo dolor y amor por esa persona que la hirió profundamente.Los días avanzan y aunque muchas cosas cambiaban ella sentía que su vida era la misma como antes de conocerlo. Sus hermanos habían sido legalmente adoptados por Olivia y Mike. Estaban formando una familia, una que ella había decido tener desde niña, pero ahora no se sentía parte de ese entorno, no es que no los quisiera, sino que ella sentía que tenía que esa solo le correspondía a sus mostrillos, la que ellos siempre habían soñado y que ahora ella le tocaba formar la suya propia.Era algo que había deseado de
ERICKHabía pasado casi un año desde que ella se marchó de mi vida, dejándome desolado, afligido, en esa oscuridad que tanto odiaba. Con todos mis demonios internos asechándome.Recordando cuando la vi por primera vez, aquel día en el restaurante, algo me decía que ella era lo que tanto había esperado, lo que a mi vida le hacía falta, para así poder estar completo y ser feliz.Pero el día que se fue, ese mismo día de mi cumpleaños, dejándome completamente destrozado, bajo la lluvia. Sin voltear a verme, esperaba verla girar para ver en sus ojos si reflejaban algún sentimiento hacía mí, pero no me miró, nunca más lo hizo. Le confesé mi amor, esa misma tarde, pero lo único que recibí de ella fue un triste "Adiós."Haberla perdido ha sido lo más doloroso que había experimentado en la vida, ni la partida de mi padre me había dejado tan abatido y des
LUCIANAEn esta vida venimos a sufrir, pero también hacer felices. Durante casi 25 años había llegado entender la vida que nos tocaba, ¿existía el destino?, no estaba segura de ello, solo que uno era el dueño de sus propias decisiones, uno elegía a quién tener en a tu lado y a quién le decías adiós.Este pequeño periodo había aprendido muchas cosas. Dejé de ser la Luciana de antes. Paso un año, la muerte de uno de mis seres más queridos, mi angelito. Un año en que mi madre cayó a la cárcel. Y un año en que me entregué a la persona que llegué a creer que era la indicada, pensando que era el indicado, el verdadero amor. Pero el tiempo me había demostrado lo contrarío, la vida me había puesto personas en el camino y otras las había quitado. Eso significaba una sola cosa, que esas que se iban, eran pasajeras, y jamás volverían.Así como habían pasado cosas malas, también habían
ERICKGiro en la cama para ver el amanecer, que entraba por mi ventana. Es una de las cosas que más me gustaba, al vivir en esta casa. Podía ver el sol reflejado en el mar, mientras escuchaba el sonido de las olas. Me destapo, arrojando la sábana al otro lado de la cama, llevaba unos minutos despierto mientras miraba el infinito sin tener idea de qué hacer con mi vida.Me dirijo hacía el baño, mientras me deshago de la ropa, me meto en la ducha. El agua caliente tarda en llegar, así que para entonces ya estoy más despierto. Mi teléfono suena en algún lugar de la recámara, lo escucho a lo lejos. Sea quien sea puede esperar. Una vez de terminar de asearme, con la toalla enrollada, voy a la habitación a vestirme.El móvil vuelve a sonar, resoplo mientras lo busco. Lo tomo y miro la pantalla, es Sam, mi amigo, mi socio. Con el ceño fruncido acepto la llamada y lo pongo en alta voz, mientras me vo
LUCIANAComo todos los lunes, me levanto de un brinco de la cama, al escuchar mi despertador. Siempre son así, los domingos que no me relajo en casa y termino yendo a un evento, acabo desvelada y con ojeras. Por esa razón me niego a salir con Rebe los fines de semana. Prefiero descansar, que en vez de salir de fiesta, me gusta quedarme en el sillón sentada viendo películas o leyendo un libro. Ese es mi actual pasatiempo. Aunque me diga mi amiga que soy una aburrida.Tomo un baño rápido para poder despertarme, que mucha falta me hacia. Salgo envuelta en la toalla, cuando paso por la puerta de la habitación de Rebe, golpeó tres veces.— ¡Ya es hora! — grito, y paso de largo.Me encierro en mi habitación. Normalmente siempre me pongo blusas, con alguna falda entubada y tacones no muy altos, me gustan que sean algo cómodos ya que necesito que mis pies aguanten varias corridas.<
LUCIANASeguía de pie en el mismo lugar, no podía reaccionar, él siguió avanzando. Yo estaba apunto de desmayarme, pero cuando esa mujer, se acercó a él y le tocó el hombro, él se detuvo como por arte de magia. Sin apartar su mirada de la mía, ella se acercó más a él y le susurró algo.Parecía que su mente estaba en otro lugar, pero respondió después de unos segundos, desvió su mirada y se giró hacia ella. Ya había dejado de verme para verla a ella. «Por supuesto, ella es su esposa.» Ahora era ella la que me miraba, mientras él me daba la espalda. Intentó sonreírme, una que pareció más una mueca, claro que le ha de molestar o hasta afectar ver a la amante de su marido. «Qué vergüenza.»Dejó de verme y se regresó a él, caminan hasta la mesa para tomar asiento en unos asientos, yo sigo donde mismo. En eso Alex se acerca y se pone frente a mí, para que note su presencia.— Luci,