LUCIANAMe desperté cuando sentí un brazo estrechándome en la cintura y un calor cálido envolvedor por mi espalda. Abrí los ojos y noté los leves rayos de luz de la mañana entrando por la ventana los que no cubría las cortinas.Baje mi vista y recordé que no estaba sola, que Erick se quedó a dormir conmigo. Me removió, debía levantarme antes de que mis hermanos y Rebe nos vieran acurrucados. Aún no les había dado la noticia de nuestro regreso, y no quería que se enteraran de esta forma, primero quería hablarlo bien con ellos.Con cuidado aleje el brazo de Erick, no quería que sintiera algún rechazo y pensara mal. Pero también debo ser cautelosa, ir con calma y quizás me precipite al pedirle que se quedara anoche a dormir.—Buenos días, Bonita —la voz cálida y relajada de Erick me hizo sonreír y girar para verle.Se encontraba un poco con el cabello revuelto, hasta recién levant
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