El Perdón.
Desde que hemos salido del hotel hacia el aeropuerto Draven no ha emitido palabra alguna. Se que el tema de su familia lo tiene así de pensativo, y seguramente Draven se enfade conmigo muchísimo, pero realmente no me importa, he cambiado los pasajes de México hacia Italia —Roma— debe estar con su madre. Estábamos subidos en el avión, esperaba que nadie dijera a que destino iba ese avión estoy segura de que Draven se bajaría. Cuando las puertas estaban cerradas y ya nadie podía bajar, el megáfono sonó. —Pasajeros con destino a Italia —Roma— en dos minutos despegaremos, cuando la luz del sillón justo enfrente de vosotros se encienda podéis ponerlos cinturones cuando se apague podéis quitarlos. Buen viaje. —¿Brisen, que coño has hecho? —Debes estar con tu madre. —Te he dicho… —Se lo que me has dicho, sorda no soy, pero me da igual, tienes que estar con tu familia, aunque no sea por tu madr
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